Charlotte Fitzmaurice es una madre que solicitó la muerte de su hija de 12 años por estar sufriendo una serie de dolencias que la tenían al cuidado de enfermeras las 24 horas del día.

La angustiada Charlotte hizo historia esta semana tras convencer a la Corte Suprema del Reino Unido de que era imperante que la autorizan a terminar con la vida de la pequeña Nancy, pues nació ciega, con hidrocefalia y meningitis, además de sufrir septicemia y no poder caminar, hablar, comer o beber.

Según el medio británico Mirror, el grave cuadro de salud de la niña fue empeorando conforme el paso del tiempo, tanto que sus últimos días de vida estuvo al cuidado de enfermeras las 24 horas al día, las que la alimentaban, hidrataban y medicaban a través de sondas, en el Hospital Great Ormand Street de Londres. No había vuelta atrás para Nancy.

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Mi hija ya no es mi hija… ahora no es más que un envoltorio”, escribió Fitzmaurice en la carta presentada a la Corte Suprema, agregando que su hija tenía el derecho a morir en paz para acabar con su incesante sufrimiento a pesar de las altas dosis de morfina y ketamina que le inyectaban.

La luz de sus ojos se ha ido y ha sido reemplazado por el miedo y el deseo de estar en paz. Hoy me dirijo a usted en favor de Nancy, y es que realmente creo que ella ha sufrido suficiente. A mí sólo me queda decir que se me parte el corazón”, añadió.

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La jueza Eleanor King, fue quien decidió finalmente aceptar la petición de la desesperada Charlotte, marcando un hito en el país europeo.

El amor, la devoción y la competencia de su madre son evidentes. Incluso en su mundo encerrado, (la niña) tuvo cierta calidad de vida, pero lamentablemente ya no era así”, asegura Eleanor, según consigna el diario Metro.

Finalmente la pequeña murió el pasado 21 de agosto, pero su caso fue conocido recién esta semana.