“La hermosa cortina…” que “rodea tu gloriosa y delicada flor”, así definió Cameron Díaz al vello púbico, en su debut como escritora con “The Body Book”. La actriz que lanzó el libro a comienzos de este año, dedica un apartado completo titulado “In Praise of Pubes” (algo así como “Alabanza al Pubis”) donde habla de la importancia de mantener la zona “al natural”, según recoge MailOnline.

Para las mujeres la depilación es un concepto que, por lo general, comienza en la pubertad y las acompaña el resto de sus vidas. Brazos, piernas, axilas, bozo, y hasta las cejas, son las áreas indispensables que algunas mujeres no pasan por alto, sea invierno o verano, pues un solo “cañón” podría arruinarles el día.

La depilación masculina, en cambio, es un fenómeno más bien reciente y que podría tener relación con el término que el periodista británico, Mark Simpson, inventó a mediados de los 90: Metrosexual. Este nuevo hombre del siglo XXI, se adentró en un terreno antes exclusivo de mujeres y deportistas, que se depilaban básicamente por razones higiénicas y/o para prevenir infecciones en heridas.

Ahora bien, la depilación genital es un tema que aún genera opiniones encontradas en ambos sexos. Mientras algunas mujeres optan por lo natural, otras se mueven por diversos “looks íntimos” bautizados como “la brasileña” o “estilo Hollywood”, por nombrar sólo algunos. Según la comunidad web femenina Belelu, existen al menos 10 estilos diferentes que puedes probar “allá abajo”.

Para el caso de los hombres, principalmente de nuestro continente, sí podemos hablar de una tendencia que ha ido ganando cada vez más adeptos en los últimos años, abandonando la creencia popular que rezaba que “mientras más peludo, más macho”. Incluso una reconocida marca de afeitadoras subió a YouTube hace un par de años, un tutorial para “enseñarles” a depilar la zona de manera sencilla e ilustrativa, a fin de evitar cualquier tipo de contratiempos.

El punto finalmente es qué tan beneficioso resulta esta práctica más allá de lo estético y a qué riesgos nos enfrentamos. Es por ello que la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) entrega una serie de consejos y alertas sobre el tema, asegurando que “un pubis depilado es más vulnerable a los contagios de enfermedades de trasmisión sexual”, según consigna el sitio web Eroski Consumer

Lo anterior se explicaría dado que cuando se retira el vello con cera o rasuradora, se producen pequeñas lesiones (heridas o irritaciones) que probablemente no notes a simple vista pero que se transforman en una puerta abierta a infecciones como verrugas y papilomas, herpes, hongos e, incluso, tiña y sífilis, sólo por el contacto de las dos superficies depiladas.

El profesor Ramón Grimalt, profesor de la Universidad de Barcelona y miembro de la AEDV, comenta al mismo medio que “lo mejor es que uno de los dos miembros de la pareja mantenga el pelo del pubis, aunque sea recortado”.

No obstante, en el caso que seas de aquellas o aquellos que no soportan los pelos, los especialistas entregan una serie de recomendaciones para antes y después de la práctica. Realizarse una exfoliación un par de días antes con un guante de crin y un poco de gel con pH neutro; ducharse con agua caliente para abrir los poros y asegurarse una depilación menos dolorosa; y darse una ducha de agua fría para calmar el área, son algunas de las indicaciones.

En el mismo marco, si se acude a un centro de belleza, hay que poner ojo en que la persona encargada utilice guantes desechables o que la vara con que se aplica la cera sea nueva. Por último, agregan que es mejor no tener relaciones sexuales al menos durante dos días.