Sabemos que los hijos no vienen al mundo con un manual bajo el brazo y que a veces el desafío puede asustar al padre más preparado. Pero no hay que desesperarse, porque en Live Science subieron varios comprobados consejos de crianza que algo pueden ayudar en esta inmensa tarea.

1) Bromea con ellos
Hacer bromas o enseñar chistes a los niños no sólo los hará reír, también tiene beneficios a largo plazo: los prepara para el éxito social. Este estudio fue presentado en el Festival de la Ciencia Social 2011, donde los investigadores concluyeron que las bromas ponen en marcha la creatividad, habilidad para hacer amigos y manejo del estrés de los pequeños. Así que siéntete libre de reír y jugar un rato con ellos.

2) Ten una actitud positiva
No importa si se te acabó el gas en medio de la ducha y luego pisaste un juguete Lego con toda la planta del pie: los chicos que tienen padres agresivos o que los tratan con brusquedad, terminan siendo tan violentos como ellos. Para peor, los comportamientos agresivos a temprana edad no sólo los harán meterse en peleas en la escuela: también están relacionados con episodios de violencia a futuro, ya sea hacia la pareja u otros seres cercanos. Así que paciencia y a calmar las revoluciones.

3) Fomenta la autocompasión
No nos referimos a andar por el mundo creyéndonos la víctima, sino que a la habilidad para reconocer y manejar las emociones propias, sin dejarse llevar ni tampoco reprimirlas. Los padres que son autocompasivos ponen el ejemplo a sus hijos, que crecerán en mayor sintonía consigo mismos y los demás.

4) Deja ir
Sabemos que tu pequeño es el gran amor de tu vida, pero el tiempo vuela y eventualmente llega el momento de decir adiós. Ya sea porque se va a estudiar a otra ciudad, ya trabaja o se va con la pareja, debes aprender a no interferir y dejarlo marchar cuando llega la hora.

Los niños con padres sobreprotectores tienden a ser más ansiosos y menos abiertos a los cambios y desafíos que aquellos que tuvieron padres más relajados. Tampoco significa que lo eches de la casa apenas cumpla 18, pero si estás llamando a su profesor del instituto profesional o de la universidad para reclamar por sus notas… tienes un problema.

5) Mantén estable tu relación
Las peleas entre tú y tu pareja no sólo los afectan a ustedes: también a su hijo, no importa que sólo tenga meses de vida. Así lo demostró un estudio publicado en la Revista de Desarrollo Infantil en 2011, el cual investigó a niños menores a dos años, los cuales presentaron problemas para dormir debido al estrés que había en su hogar.

Así que trabaja en tu relación de pareja o matrimonio y si ya no hay solución, corta por lo sano: tu salud mental y la de tu niño lo agradecerán.

6) Cuida tu salud psicológica
Si crees que sufres de depresión, no postergues el tratamiento, ya que también afecta a tus hijos. Un estudio realizado en 2012 demostró que las madres que sufrían esta condición reaccionaban menos frente al llanto de sus hijos, comparadas a aquellas que estaban sanas. Además, si estas tienen un estilo de crianza negativo, pueden desembocar en que el niño sufra de estrés desde la edad preescolar.

7) Déjalos reclamar
Sabemos que un adolescente respondiéndote de vuelta puede ser desesperante, pero no es una mala señal: aquellos jóvenes que más argumentan en contra de sus padres, demuestran mayor resistencia frente a la presión de sus pares y más autonomía en sus decisiones. Tampoco significa que deban estar peleados todo el tiempo: hay momentos para discutir -de manera civilizada- y otros momentos para relacionarse y darse apoyo.

8) No aspires a la perfección
Recuerda que nadie es perfecto, por lo que no te tortures con objetivos imposibles de crianza ni con metas demasiado elevadas para tus hijos. Concéntrate en disfrutar de esta etapa y ya verás cómo todo fluye.