Si estás pensando en dejar los lentes ópticos y cambiarte a los de contacto, debes conocer cuáles son los cuidados a tener presente. No es tan fácil como parece, pues se requiere de una actitud responsable.

No es llegar y querer usar lentes de contacto, pues si sufres frecuentemente de alergias, infecciones, etc., no eres un buen candidato.

Si este no es tu caso, debes saber que hay diferentes tipos de lentes de contacto: algunos son blandos, híbridos y otros rígidos o permeables a los gases. Algunos requieren ser sacados diariamente, mientras que hay otros con los que puedes dormir.

¿Los puedo lavar con agua de la llave? ¿Puedo dormir con ellos? Son algunas de las interrogantes que surgen a la hora de optar por ellos. Para que respondas a tus interrogantes, te dejamos 7 consejos para cuidar tu vista cuando usas lentes de contacto, según el sitio Vidaysalud.com.

1.- Lavado y secado de manos: Antes de colocarte los lentes, debes lavar tus manos con jabón sin aroma, y enjuagarlas bien, pues de lo contrario te podría provocar alguna irritación en tus ojos. Ten precaución, además, con tus uñas, porque si están largas podrías dañarte.

2.- Limpieza del lente – desinfección: Jamás uses agua de la llave, saliva o agua con sal para limpiar tus lentes. Utiliza sólo el líquido que te recetó el oftalmólogo, siguiendo sus instrucciones de uso.

3.- Maquillaje: Es aconsejable que primero te coloques los lentes y luego te maquilles.

4.- Estuche: Limpia frecuentemente el recipiente donde guardas tus lentes, con la misma solución que usas para su desinfección. No lo hagas con agua.

5.- Cambio de estuche – lentes: Reemplaza el estuche y cambia tus lentes según te receta el especialista. Todo depende de si tus lentes son desechables o no y de cómo has respondido a ellos.

6.- Chequeos: Si sientes que los lentes no se ajustan bien a tu córnea, es conveniente que visites a tu oftalmólogo.

7.- Gotas: No es aconsejable usar gotas cuando estás con los lentes, salvo que lo haya recetado el especialista.

Ten siempre en cuenta visitar al oftalólogo con cierta frecuencia, para analizar cómo te han funcionado los lentes.