Carolina Soto reaccionó a las declaraciones que emitió una de las dueñas de Pastas Cagliari, luego que ella “funara” al restorán en Instagram por un pedido que le costó $18 mil y que, a su parecer, era muy pequeño.

En conversación con Página 7, Ángela Castañeda afirmó que lo que la cantante “no consideró es que la aplicación (Pedidos Ya) le cobra al cliente un 30%, que serían en este caso $4.426″.

“El plato en sí sale aproximadamente $13 mil y fracción, pero también hay que considerar que la porción que ella menciona son 20 raviolis rellenos de salmón, más 300 gramos de salsa pesto, que se hace con albahaca fresca, aceite de oliva y queso parmesano italiano, no marca nacional. Son pastas artesanales. Entre la pasta y la salsa son medio kilo”, añadió.

Castañeda señaló que cuando Soto llamó, “lo único que hacía era gritar” y que “era tanta su ofuscación que yo no entendía lo que estaba pasando, quedé en shock”.

“Ella dijo que éramos unos ordinarios, me hizo callar todo el rato, me decía ‘cállate, estoy hablando yo’. Dijo que iba a llegar hasta las últimas consecuencias, que nos iba a funar por todos lados, y que llegaría al Sernac”, recordó.

La dueña indicó que, a modo de solución, le ofreció la devolución del plato y, de esta forma, devolverle su dinero, pero que Carolina no aceptó.

La reacción de Carolina Soto

Mediante un live de Instagram, la exfigura de Rojo se refirió a la versión que dio Pastas Cagliari y de las reacciones que generó la polémica.

“Si la gente piensa que soy arrogante por reclamar qué pena, porque soy una consumidora y puedo decir ‘no me gustó el plato’. No estaba hablando ni del sabor ni la textura, sino que del tamaño versus precio”, aseveró.

“Yo no sabía que estaba embarazada. Qué pena que pasó un mal rato, yo también lo pasé, si aquí en el fondo somos dos dañadas”, agregó.

Soto destacó que tiene una tienda de ropa y que varias veces ha tenido que cambiarle prendas a sus clientes por diversos motivos.

“He devuelto la plata y cambiado el producto. Uno tiene que buscarle una solución al cliente (…) Yo hice un reclamo y ocupé mi tribuna”, argumentó.

Carolina dijo que tras su funa, Pastas Cagliari bajó sus precios y que cambió la descripción de las porciones, asegurando que antes no se especificaba para cuántas personas era.

Me enojé, lo reconozco. Nunca le dije una palabra fea, le comenté que me parecía una ordinariez el tamaño versus el precio. Ella también se molestó conmigo. Yo hablé más fuerte que ella y, a lo mejor, en un momento habló más fuerte que yo. Quería que escuchara mi reclamo”, acotó.

No le falté el respeto. Mi mea culpa —y lo asumo— es haber hablado más fuerte, pero creo que uno tiene el derecho a reclamar (…) Estamos en inflación, para todo el mundo está siendo difícil la economía”, añadió.

Sobre esto, Soto destacó que “yo no soy millonaria, también me cuesta ganarme las lucas, me saco la cresta tal como la gente que me tira mierda hoy”.