Hace unos días, Francisca García-Huidobro entrevistó a la periodista Monserrat Álvarez en el programa web de Instagram, Noches Velvet.

En dicha oportunidad, la conductora de Contigo en la mañana conversó de diversos temas, entre ellos, del polémico término de Bienvenidos y también de sus desafíos dentro del matinal de CHV.

Pero otro tema que también llamó la atención de Página 7 fue cuando Monserrat Álvarez habló de su larga relación con su actual pareja, Carlos.

Todo comenzó cuando Francisca le preguntó el nombre de su pareja. Esto, luego que un insistente seguidor le propusiera matrimonio a Álvarez varias veces en los comentarios.

“Carlitos no me pediría matrimonio por aquí”, comentó Monserrtat.

Tras esto, García-Huidobro le preguntó más detalles sobre su relación, por ejemplo, hace cuánto que son pareja, a lo que ella respondió que hace “como cuatro años y medio, más o menos”.

Luego, la actriz le consultó si era una relación “puertas adentro”, a lo que la periodista contestó: “No, puertas afuera. Somos pololitos y muy felices”.

“Es bien insoportable”

Sobre cómo se organiza para mantener su relación, teniendo en cuenta lo demandante que es su trabajo, Monserrat contó que esa pregunta debería responderla Carlos, su pareja, porque la situación “es bien insoportable”.

“Ahora que hay Pase de Movilidad es mucho mejor, porque nos podemos ir a la playa. Mis niños ya son grandes. Yo trato de irme fin de semana por medio, o cada dos fines de semana, para poder estar más tranquilos”, relató.

Álvarez también contó que su pareja igual pasa fines de semana en su casa. “Pero es complejo, porque yo en la semana me pongo como el switch de la pega y tengo poco tiempo de vida social”, indicó.

“Para mí el viernes a la una es mi desbande. Yo no puedo concebir un día viernes sin ir a tomarme unos vinos, un pisco sour. Para mí el mejor momento es el viernes a la hora de almuerzo, ese es mi momento con Carlitos”, confesó.

Por último, Monserrat reveló que antes trataba de dejar tiempos para verse en la semana con su pareja, pero que ahora “no me da, te lo juro. No me da el cuero”.

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