En 2009, Yuri y su esposo, el músico chileno Rodrigo Espinoza, adoptaron a Camila, una pequeña de solo siete meses.

Tras varios intentos y a sus 45 años, la destacada cantante mexicana alcanzaba uno de sus mayores sueños: convertirse en madre.

En octubre pasado, esa niña cumplió 14 años, por lo que la intérprete le dedicó emotivas palabras en su cuenta de Instagram.

“Gracias padre eterno, porque nunca te equivocas. El haberme dado a mi Cami hace 14 años, ha sido un regalo muy especial”, escribió.

“Ser madre es increíble. Y tú, mi amada hija, has sido mi maestra de vida, mi muerte a mis egos y egoísmos (…) Todos te esperábamos con tanto amor y mucha emoción”, agregó.

 

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¿Cómo llegó Camila a la vida de Yuri?

En conversación con el espacio de Univisión, El break de las 7, Yuri recordó qué la motivó a dar este importante paso en su vida.

“Tenía mucho miedo de ser mamá. Con 45 años ya estaba mayor, madura y a esas edades… me daba miedo la verdad”, dijo.

Hasta que una amiga la empujó con sus palabras. “Me dijo ‘yo no quiero irme de este mundo sin que tú seas mamá. Anda a un lugar donde se adoptan niños, a estar con ellos y ve qué sientes'”, señaló.

Junto a su marido fueron y vivieron una particular experiencia. “En un momento vimos a Camila, tenía otro nombre, y Rodrigo la cargó. Paseamos por todo el lugar con Camila en los brazos de Rodrigo, nunca lloró”, relató.

 

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“Era una niña muy llamativa, porque Camila es como tipo árabe. Mis amigos libaneses dicen que ella tiene sangre libanesa, por sus ojos, piel, pelo”, complementó.

Dos días después los llamaron. “Nos dicen ‘ustedes vinieron, hay una niña que ya tiene papeles y con una fila de gente que la quiere tener. ¿Ustedes quisieran dar el paso?'”, señaló la exjurado de The voice Chile.

Tras conversarlo se decidieron, pero el miedo inundaba a la veracruzana. “Le hablo a mi pastor y me dice que es una experiencia que no podía perder, después iba a ser muy tarde. Y sí, era verdad”.

Sin embargo, la pareja no sabía que se trataba precisamente de la misma niña que Rodrigo tuvo en sus brazos.

 

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“Cómo fue eso posible, pero si había cualquier cantidad de niños… esa fue. Tú no puedes escoger, no son papas ni naranjas”, indicó.

Finalmente, lanzó una sentida reflexión. “Ha sido una de las experiencias más hermosas. Me ha hecho crecer en muchas áreas como mujer, ahora las entiendo más”, cerró.

 

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