Fue a principios de septiembre en que se emitió el capítulo de El Discípulo del Chef, en el cual Carlos Díaz era eliminado del programa.

En un emocionante episodio, el actor le dijo adiós a las cocinas del espacio de Chilevisión junto a su compañero de equipo, Joaquín Winter, y ante la atenta mirada de su chef y amigo, Sergi Arola.

Ya han pasado semanas del momento y el artista conversó con Página 7 para entregar sus sensaciones, ya más en frío, sobre su despedida del espacio conducido por Emilia Daiber.

“Lo pasé increíble, es una experiencia maravillosa con un equipo tremendo. Me tenía que ir cuando fue, y ese momento pasó a principios de mes”, partió señalando.

No obstante, recalcó que podría haber llegado un poco más lejos. “Pensé que podía llegar un par de semanas más, pero el concurso es así. Estaba con la polera negra y decía eso: si perdíamos, nos íbamos los dos (con Winter)”.


Respecto a alguna autocrítica, indicó que “va en el tema de cómo se está planteando. También está que todos son demasiado buenos, son excelentes cocineros”.

En esa misma línea, destacó que “el paladar de Yann Yvin es súper específico, se está buscando algo, yo cometí un error y eso es parte del juego también”.

Cariño por el equipo rojo

Además de la buena onda con sus compañeros, Díaz forjó una entrañable amistad con Arola, quien se convirtió en su amigo.

“Me encanta el equipo rojo. Sergi es un excelente compañero, amigo, así que ha sido un gran aprendizaje y estoy muy agradecido”.

Sobre sus proyectos a futuro, está enfocado 100% en el teatro “y preparando los últimos espectáculos este año. En televisión estoy ahí viendo lo que va a pasar”.

Consultado si va a participar de la serie Paola y Miguelito de Mega, comentó que “no puedo decir mucho, pero me parece maravilloso que haya una segunda temporada, quiere decir que fue muy buena la primera, hubo un éxito y espero se vuelva a repetir”.

Finalmente, expresó que “tengo mucho cariño por todo el equipo, al elenco, a todos lo quiero muchísimo”.