La noche del sábado, en un nuevo capítulo de La Divina Comida, Nelson Ávila recibió de regalo un cáliz plateado de parte de Rodrigo Herrera, quien lo invitó a contar la anécdota de su vida que se relacionaba con dicho artefacto.
“Por una razón que nunca supe, un cura en el internado, cuando regresábamos a dormir, me saca de la fila y me da una cachetada en que simultáneamente saltaron las lágrimas y el pipí”, recordó el político.
Según su relato, se quedó llorando por horas, sin entender el motivo de la agresión. Con solo 9 años, no pudo más que planificar una venganza contra su agresor, y decidió cambiar el vino de la eucaristía por vinagre.
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“Estaba ocurriendo la misa normalmente, y yo no me podía perder eso en primera fila. Cuando va tomando el cáliz para bebérselo, yo ya me empecé a reír“, reconoció, sacando una fuerte carcajada de Paty Maldonado.
“Y cuando se lo puso en la boca y lo expulsó como vil grifo, en ese momento fue un ataque de risa y quedé identificado de inmediato”, añadió.
Las consecuencias de la venganza de Nelson Ávila
En ese momento, Catalina Pulido le preguntó si su venganza había acarreado algún castigo, lo que Nelson procedió a explicar con otra sorprendente historia.
“Mi padre tuvo que hacer esfuerzos inauditos por salvarme de la expulsión, primero, y luego hablar con el obispo, para hacerlo entender que esto no podía pasar a mayores”, dijo.
“Pero era una travesura, no más”, replicó la actriz.
Por lo mismo, el papá de Ávila se vio obligado a advertir que se encargaría de “dejar de manifiesto donde fuera que este cura me había atacado de manera brutal”, cerró el exparticipante de MasterChef Celebrity.