Un tenso momento se vivió este viernes en Mucho Gusto, cuando se sumó el diputado Gaspar Rivas.

El miembro del Partido de la Gente se unió la matinal para referirse a sus declaraciones en el Congreso, donde su autoproclamó el ‘Bukele chileno’, ya que combatiría contra la delincuencia.

“La gente en la calle está pidiendo mano dura, perseguir a las lacras que destruyen la sociedad es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo”, expresó el diputado.

“Estoy dispuesto a ensuciarme las manos en el combate contra la delincuencia de la manera que sea”, agregó.

Debido a estas declaraciones, Rivas fue invitado a Mucho Gusto para explicar sus palabras.

Lo que nunca esperó el panel, es que el parlamentario se pondría a llorar en pleno programa.

“Estaba escuchando mis palabras, porque uno lo ve desde afuera. Escuchaba la nota anterior (sobre la delincuencia en Chile), y quiero ser sincero, a mí me afecta ver cómo sufre mi pueblo”, empezó diciendo.

Luego, con la voz quebrada, Rivas manifestó que estaba muy afectado: “Mi pueblo chileno está sufriendo, y nadie hace nada, por eso yo tomé esta porquería, como un símbolo, porque necesitamos ley, necesitamos orden, pero hoy la ley defiende a las lacras delincuentes”.

Al borde del llanto, el diputado dijo que daba lo mismo hablar de Piñera o Boric, ya que lo importante era debatir sobre los problemas de las personas.

“Están matando a la gente en las calles, eso me duele, discúlpenme”, lanzó, antes de ser interrumpido por José Antonio Neme.

“Le pido que se calme, porque lo veo sobrepasado. Vamos a ir a una pausa, para debatir con más sensatez, y menos emocionalidad”, expresó el animador.

Tras decir esto, Mucho Gusto se fue a comerciales. Al regresar, Soledad Onetto mencionó que el invitado estaba muy afectado, por lo que prefirieron postergar la entrevista, para cuando pudiera estar más calmado.

“Me imagino que debe sentirse muy presionado por las declaraciones que se mandó, quizás eso lo tiene muy compungido”, comentó Roberto Saa tras este momento.

“Me llamó la atención porque mientras se veía en pantalla, se apreciaba que no estaba en condiciones de sostener una conversación” , expresó Soledad.