Tras su participación en Isla Paraíso, Andrés Olea quedó como un rostro recurrente en las apuestas dramáticas de Mega. Actualmente, lo vemos dando vida a Rollizo en Amar Profundo, pero en forma paralela, ya está grabando para la próxima nocturna: Hijos del Desierto.

En la nueva teleserie será Olegario, un trabajador que atiende en el café a cargo del personaje de Claudio Arredondo. Para ello, su look pulido y de bigote será muy distinto al del pescador que tantas risas saca en el horario prime.

“La misión de Rollizo, como personaje, era reflejar cómo es el hombre de la caleta”, reflexionó en conversación con Página 7.

Según el actor, este papel lo ayudó a mostrar “el machismo normalizado, que según Rollizo no tiene nada de malo, y el doble estándar donde aleona las aventuras de sus ‘protegidos’, aunque censuraría a las mujeres que hicieran esas mismas cosas”, añadió.

“Es de los que creen que hay mujeres para tomar en serio y otras que no merecen mucho respeto. Desde ahí me recordó mucho la crianza machista que me rodeó mientras crecía en Concepción, y que me generaba muchas contradicciones, porque algo no me sonaba para nada bien”, indicó.

“Desde ese nivel tomé al Rollizo con la esperanza de que, o aprendía que su manera de pensar estaba mal, o sufría las consecuencias de ser tan patriarcal. Creo que le ha pasado un poco de ambas”, dijo también.

El vínculo de Andrés Olea con Amar Profundo

El actor -quien recientemente celebró sus 46 años- reconoció en la entrevista que disfrutó mucho “poder agregarle términos y dichos que vinieron de mi familia penquista y de la gente de la caleta”.

“Como actor, fue un gozo en el alma actuar con gente tan generosa y divertida como mis queridos compañeros de elenco. El Rollizo recorre todas las historias, así que tuve el honor de disfrutar escenas con todos los colegas“, destacó.

Por último, analizó que, a pesar de que su personaje “se las da de sabio”, al final toma las decisiones en base al miedo.

“A él no le importa el ecosistema, o si lo que hace daña al medio ambiente. Solo quiere asegurar sus lucas, y mientras le salga agua de la llave, que no le hablen de sequías. En ese aspecto, creo que sus decisiones son las que tomarían (o toman) los chilenos de su generación. Son los cardúmenes nuevos los que tienen que cambiar eso”, indicó.

Experiencia en teleseries nocturnas

Hijos del Desierto será, entonces, la segunda teleserie nocturna de Andrés Olea. En esa línea, señaló: “No creo que haya mucha diferencia entre cómo se realizan las vespertinas. Tenemos más libertad de usar chilenismos que hacen sentir más reales los diálogos y la interacción de los personajes”.

“Pero a nivel de trabajo, creo que tiene la misma intensidad. Amar Profundo hace aportes a nivel de trabajo fotográfico, que me parece hermoso e interesante, y es algo que ha comentado la gente también”, destacó respecto al rol de Mauro Veloso, director de fotografía que ha ganado premios internacionales por su trabajo en cine.

“En general, el trabajo del equipo técnico y de producción ha sido increíble, y lo menciono porque siento que la atención de la gente está en los actores, y me gustaría recalcar que, sin el equipo, los actores no podemos hacer nada“, expresó.

Respecto a los comentarios de la gente en redes sociales por su personaje, Andrés indicó que lo pone contento que haya gente que logra entender algunas sutilezas de Rollizo.

La gente lo ha amado y odiado, dependiendo de cómo se porta, y todos tienen a ese tío bueno pa’l copete y jugoso en alguna rama de su familia, que a pesar de todos los desastres, suele ser uno de los más queridos”, dijo.

Al parecer, añadió, se logró el ítem “identificación”. “Creo que la gente entiende la diferencia entre cometer errores y ser mal intencionado, y que a pesar de que Rollizo es una persona llena de defectos, saben que en el fondo tiene un gran corazón“, destacó.

“Rollizo generó muy buena onda entre los hombres sobre 40 años, que hasta lo defienden. Seguramente porque, de poder, tomarían las mismas decisiones que él”, concluyó el actor.