La cordillera de los sueños, un documental del chileno Patricio Guzmán, se alzó con el Goya a la mejor película iberoamericana en la 36 edición de los premios de la Academia de Cine española.

El realizador chileno no pudo asistir a la gala y el premio lo recogió una de las productoras. “No conozco a ningún otro director que haya dedicado cincuenta años a hablar sobre la memoria”, dijo.

“Dedicó medio siglo a hablar de la historia de Chile y, por eso, es un premio a su trayectoria, a su amor por su país y al género documental que Guzmán ha utilizado siempre para hablar de su país y a demostrar la necesidad de cuidar la memoria”, agregó la productora.

Es la primera vez que un documental gana un Goya en esta categoría y lo consigue después de haberse llevado también el de mejor documental en el Festival de Cannes.

La cordillera de los sueños completa el recorrido histórico y geográfico por Chile que en Nostalgia de la luz (2010) se centró en el cielo y en El botón de nácar (2015) en el inmenso océano Pacífico que baña sus costas, recorridos geográficos que le han servido a Guzmán para hacer un profundo análisis de la historia reciente de su país.

La película, ganadora del premio al mejor documental en Cannes, pone en paralelo la embriagadora belleza de las imágenes captadas con drones sobre la cordillera de los Andes y el terror de la historia reciente de Chile.

Guzmán, que reside en París, ha dedicado hasta hoy dieciséis documentales a su país.

La cordillera de los sueños cierra una trilogía que comenzó retratando desde el norte (Nostalgia de la luz, 2010) al sur (El botón de nácar, 2015). Actualmente trabaja en uno nuevo que abundará en las recientes protestas del pueblo chileno.

Guzmán (Santiago de Chile, 1941), el más veterano del cuarteto de candidatos a este premio, competía con la argentina Paula Hernández, nominada por Las siamesas; el mexicano Samuel Kishi por Los Lobos y la peruana Melina León por Canción sin nombre.