Durante la mañana de este viernes en Mucho Gusto, sus conductores revisaron las imágenes de las extrañas luces vistas en el cielo en diversos lugares de Chile, los que resultaron ser los satélites Starlink, de Space X.
En ese contexto, los animadores comenzaron a relatar distintas experiencias que están lejos de la comprensión humana.
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Fue ahí cuando José Antonio Neme afirmó que “me he hecho regresiones, y también constelaciones, me he realizado dos”.
“Estas son súper interesantes, porque es un ejercicio donde teatralmente, entre comillas, tú le cuentas tu historia a un terapeuta”, dijo.
La experiencia de José Antonio Neme
Continuando con su relato, el periodista reveló cómo se desarrolla el proceso. “Le muestras tus personajes de tu vida, y él toma eso, y recrea una escena con personajes que trabajan con él, donde tú ves tu vida. Recrean una dinámica grupal para mostrar cómo se relacionan estos personajes, y tú observas, es como si estuvieras viendo una obra de teatro pero es tu propia vida”, expresó.
“Después de eso, salen cosas que tú vincularmente nunca viste. Y sale además, que hay muchas cosas que pasaron en tus primeros meses de vida. Según lo que me explicaba este terapeuta en esa oportunidad, el niño va registrando todo lo que pasa alrededor”, indicó.
En una de esas “constelaciones”, según señaló el comunicador, su terapeuta le dijo que “cuando yo nací, mis primeros días de vida había una persona en mi entorno que estaba viviendo un duelo”.
“Él no tiene tantos detalles, uno tiene que ir dándole el sentido, (contó que) esa persona estaba en un estado de amargura tan grande, que yo en mis primeros años de vida eso lo fui absorbiendo, porque los niños tienen un alma que es como una esponja, va succionando todo la energía que está alrededor”, puntualizó.
“Tiene que existir algo más”
Además, agregó que “lo maravilloso de la constelación, es que no se planea, solo empieza a pasar, por eso tiene que haber algo que la mente no logra entender, tiene que ver otra dimensión, porque ¿cómo personas que no se conocen, que no saben de ti, logren en una dinámica grupal recrear tu vida con ese nivel de detalle? Tiene que existir algo más”.
Durante su reflexión, el exrostro de La Red recordó una historia familiar. “Mi abuela paterna había perdido un hijo por un trasplante que no se concretó, una historia bien triste. Y ella cuando yo nací, me decía el terapeuta, estaba viviendo el dolor de la muerte de un hijo, con mucha amargura, que de hecho no lo pudo superar”, declaró.
“Fue una mujer que hasta el último día de su vida, nunca le encontró sentido a que un hijo de 18 años se haya muerto en esas condiciones, e irradió esa amargura obviamente sin tener esa intención”, aseguró.
Finalmente, José Antonio Neme concluyó que “al concientizar esa dinámica emocional, uno como que desactiva mecanismos de la mente, pues lo que hace el niño ante ese choque o embestida energética de un adulto, que puede ser pena, depresión, ira, odio, en fin, emociones muy negativas, la mente del bebé se trata de proteger”.
“Y por eso uno genera nudos que ni la mejor crianza puede desactivarlos, solamente lo logras cuando lo ves de adulto y lo haces consciente, y ahí perdonas a la persona, entiendes qué pasó. En el fondo, todos estos ejercicios terapéuticos deben responder a algo que está más allá de la ciencia pueda explicar”, cerró.
