De dulce y agraz ha tenido Maitén Montenegro en el último tiempo. La exjurado de Rojo tuvo que soportar el duro golpe de perder a su amiga y excompañera en el Jappening con Ja, Gladys del Río, quien falleció hace unos días, a la edad de 79 años.

Pero también ha tenido algunas alegrías, como reencontrarse con su hija Catalina Rendic, bailarina que triunfa actualmente en Estados Unidos, y a quien no vio en un año, producto de la pandemia.

“Ha sido complicado. Un año sin ver a los hijos es tanto… a esta edad lo que más lamentas de la pandemia es todo el tiempo que pierdes, porque a esta edad no sé cuánto me queda. Sientes que perder un año es demasiado”, reflexiona Montenegro junto a Página 7.

Respecto a cómo es su relación con su hija cuando están alejadas, Maitén explica que “todos los días estamos en contacto. Es que sus proyectos musicales me encantan, me enamoran, me gusta lo que está haciendo, me alimento de sus ideas y las he incorporado a un nuevo curso que tengo. La Catalina me enriquece mucho y a ella la enriquece mi historia, así que ambas nos aportamos”, dice con orgullo.

Cabe señalar que Rendic actualmente se encuentra en Los Ángeles, Estados Unidos, donde lanzó un nuevo proyecto, denominado Form You La With Cat (@formyoulawithcat).

Este proyecto busca “profesionalizar al bailarín del espectáculo, porque el mercado es muy grande en Estados Unidos y es muy necesario aprender a audicionar, a elegir tu repertorio, elegir tu diseño de imagen”, comenta Maitén a nuestro medio.

Y es que Catalina tiene una vasta experiencia, ya que ha trabajado con artistas de la talla de Rihanna, Jennifer López, Nicki Minaj y Britney Spears.

“Lo último que hizo fue lo de Ricky Martin con la Paloma Mami. Mira las coincidencias de la vida. Ella se acordaba que yo la había conocido en Rojo“, cuenta entre risas la ex show woman.

Yo me alimento mucho de su energía y ella dice que de la mía también. Yo creo que las ideas no tienen edad. No puede ser que porque tú tengas determinados años, no apliques, si tu proyecto es interesante. No importa y eso en Chile todavía es un peso”, sentencia Maitén.