CHV Noticias emitió un reportaje el pasado domingo sobre el caso de Érika, una niña de 14 años que falleció el pasado 11 de agosto en el hospital de Chillán.

Esto ocurrió justo después de que esta menor de edad, que tenía síndrome de Down y que padecía una cardiopatía, fuera trasladada desde Santiago a la capital de Ñuble, pese a que la madre le rogó al equipo médico que no lo hiciera.

Érika vivió sus primeros años hospitalizada, pero con el paso del tiempo pudo volver a su casa. Sin embargo, debido a su crecimiento, tuvo que ser sometida a un cambio de prótesis, en la que se reemplazó la válvula de su corazón.

Pese a que la operación salió bien, un mes después contrajo una bacteria intrahospitalaria, sufrió dos hemotórax y además se le implantó un marcapasos.

En este delicado contexto se decidió trasladarla desde el hospital Luis Calvo Mackenna al hospital de Chillán vía terrestre, ya que se necesitaba su cama.

Su madre declaró al medio que “cuando ya la iban a trasladar vi muy mal a mi hija. Estaba roja de la cabeza a los pies. Estaba hinchada. Inconsciente, mi hija no tenía vida”.

Por lo mismo, Érika le solicitó al equipo médico que no la trasladara en esas condiciones: “Le rogué a la doctora que no se la llevaran, que no la mandaran, que la dejaran ahí, porque mi hija se iba a morir si la sacaban del hospital. Se lo dije, le rogué, ella me llevó a una sala para conversar y le dije que mi hija no estaba bien, que por qué no la dejaban ahí. Dijo que no, porque necesitaban la cama”.

A pocas horas de su llegada a Chillán, Érika falleció.

Reflexión de Mónica Rincón

Tras conocer este caso Mónica Rincón, conductora del noticiero de Chilevisión realizó una sentida reflexión.

“Érika ya no está, pero en su nombre, y en el de otros que ya no están, es importante que esta investigación se haga, que se aclare esta denuncia, que se aclare esta discordancia en los diagnósticos, en lo que informa uno y otro centro médico”, planteó.

Y añadió: “No es ni siquiera que las personas con situación de discapacidad merezcan, requieran o tengan garantizada igualdad de trato; debieran tener por ley un trato además preferente”.

Por lo tanto, enfatizó, “la necesidad de una cama nunca debió haber perjudicado a Érika, si es que se determina finalmente que eso fue lo que ocurrió”.

“Esa familia merece verdad y justicia”, cerró Mónica Rincón.