Esteban y Marco Grimalt, voleibolistas chilenos que obtuvieron el noveno lugar en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio, fueron los invitados del programa Los 5 mandamientos la noche del lunes.

Los primos, que además fueron medalla de oro en los Panamericanos de Lima 2019, llegaron al programa de Martín Cárcamo, primero, haciendo gala de su gran tamaño: 1,96 Marco y 1,90 Esteban. Esto les permite dar saltos de más de 3 metros de altura.

El capítulo inició conociendo algo más de los primos jugando a “El dedo acusador”. Provenientes de una familia ligada al vóleibol por generaciones, Esteban es un hombre soltero de 30 años y Marco es un hombre casado de 32 años. Marco nació en Queilen, Chiloé, y se crió en San Felipe con su madre aficionada al tejido. Es el más dormilón de los dos, justificándose con que “como buen deportista, es importante el entrenamiento invisible”. También es el más bueno para comer y el más temperamental.

En tanto, Esteban se crió en el campo, en Linares, donde le gustaba la naturaleza y andar solo “a pata pelada”. Curiosamente, no tenía interés en el deporte cuando niño: “Mi viejo era entrenador de vóleibol y mis dos hermanos eran seleccionados nacionales. Pero afuera de la casa no jugaba. No era rechazo, era solo que no me interesaba”, contó. Además, es el más ordenado con el dinero y el más introvertido de ambos.

Los cinco mandamientos
Captura | Canal 13

Renuncias personales

Los Grimalt son una familia emblemática del vóleibol, de modo que en los últimos 60 años la selección chilena siempre ha tenido a alguien con ese apellido en su plantel. Los dos tuvieron aproximaciones semejantes, empezando en sus respectivas ciudades en las ligas menores y eventualmente siendo escogidos para jugar en la selección nacional en Santiago, lo que les significó entrenar todos los días desde los 14 hasta los 18 años en el Estadio Nacional, un gran sacrificio por el deporte.

“Nunca carreteamos de adolescentes, nos perdimos muchos momentos”, dijo Marco.

Esteban se mantiene soltero desde hace 3 años tras una relación de 8 años. “Tenemos el privilegio de trabajar en nuestra pasión, que es el deporte. Estoy feliz, disfruto lo que hago, trato de vivir el día a día”, dijo, añadiendo que le gusta viajar solo, sin ninguna planificación.

Marco, en tanto, está casado desde hace 2 años. Tras 7 años de relación, compró un anillo y planeó un viaje por Europa para proponer matrimonio. “Pasamos por Venecia, Roma, Pisa, el Coliseo, casi todas las islas de Grecia, y en ningún momento me armé de valor. Sentía que no era el momento ni el lugar, y yo con el anillo en el bolsillo”, rió, agregando que “eran lugares muy trillados. Terminé pidiéndole matrimonio en Londres en uno de los edificios más altos”.

Proyección deportiva

Sobre su desempeño deportivo, los primos dicen que les ha pasado de todo. “No hemos tenido momentos en que hayamos pensado en separarnos, pero sí ha habido momentos difíciles en que hemos perdido partidos importantes y de repente medallas, como en los juegos Panamericanos 2015 en Toronto. Ahí estuvimos súper cerca de obtener bronce contra Cuba, ganamos el primer set bien, y al final del segundo set empezamos a caer y tuvimos match point incluso”, contó Esteban, agregando que de ese momento aprendieron mucho, ya que para los Panamericanos de Lima les pasó lo mismo, pero lograron sobreponerse y ganar el partido.

En esos juegos tuvieron además que afrontar el diagnóstico de cáncer de mamas de la madre de Esteban, cuyo tratamiento terminó justo tras haber obtenido sus medallas. “Fui a verla a la clínica, le puse la medalla y fue un momento muy emotivo”, contó.

Tras su experiencia en Tokio, cuyo proceso les tomó 10 años de planificación, los primos dicen haber reencontrado su mejor juego, pese a no conseguir medalla. “Volvimos a Chile tranquilos, pero no conformes, y siempre con la sensación de que podemos ir más allá. Ahora debemos prepararnos para este nuevo ciclo de 3 años para París 2024”, dijo Marco.