El actor José Luis Briceño ganó popularidad en los años 90, con su participación en la teleserie A Todo Dar, de Mega, aunque también participó en más producciones de la época.

Luego, años después, reapareció en televisión como uno de los galanes del dating show de Canal 13, Amor Ciego 2, mientras que también integró el elenco de Soltera otra Vez, en la misma estación. Sin embargo, hoy triunfa fuera de la TV.

Y es que Briceño es director de relaciones públicas del restaurante Las Brujas, ubicado en Chicureo, y aunque debido a la pandemia tuvo que cerrar el establecimiento por extensos períodos, eso no lo desanimó.

Fue en medio de la emergencia sanitaria que lanzó su propio vino, el cual se llama Panther. ¿Por qué ese nombre? “Estaba buscando un nombre pero no me daba. Me gustan los felinos, lo astutos que son y ahí salió el nombre de Panther. Es por mi conexión con los gatitos, pero no le podía poner Gato, porque ya está patentado”, cuenta a LUN, entre risas.

Respecto a cómo surgió la idea, Briceño reconoce que “era una inquietud como para cuando tuviera plata, pero pensé, ¿por qué no ahora? Contacté a una diseñadora, le di mis ideas y hasta que dimos con la etiqueta”, relata.

El proceso

Respecto a cómo es todo el proceso de su negocio, el hombre que actualmente tiene 46 años, comenta que “llegas a un acuerdo con la viña. Tienes que firmar un contrato y comprar ciertas cajas anuales. Viene certificado, realizado por una enóloga y la viña te manda el vino sin etiqueta“, afirma.

Y entre las variedades, Briceño destaca que tiene cabernet sauvignon, carmenere, sauvignon blanc y chardonnay. “Yo los etiqueto uno por uno”, admite el otrora actor, añadiendo que debe hacer un pedido mínimo de 700 cajas anuales.

“Este mes ya compré 100 cajas. Las vendo a 20 mil pesos y el vino es rico, me están pidiendo harto. Es con delivery incluido dentro de Santiago”, dice sobre el emprendimiento, que espera no se detenga una vez que se acabe la pandemia: “Ya comencé y no paro más con el vino. Espero insertarlo en locales de amigos para ir creciendo de a poco”, aseguró.

Por último, comenta al citado medio que el vino no es su único negocio, ya que también vende huevos de campo y agua purificada.

“Los papás de mi polola tienen un campo en Curacaví con 350 gallinas. Entonces les compro cajas de huevos y las ofrezco. El agua es porque tengo un vecino amigo que tiene una empresa. Yo le pido los bidones de 20 litros y los voy a dejar”, sentencia.