El nombre de David Berkowitz ya se hizo conocido en la serie Mindhunter de Netflix, producción que escarba en la mente de distintos asesinos seriales. Sin embargo, ahora la plataforma de streaming decidió darle su propio espacio.

Los Hijos de Sam: un descenso a los infiernos, se titula el documental, que en cuatro capítulos, cuenta la historia del hombre que sembró el terror en las calles de Nueva York, a mediados de los años 70.

Y es que sólo entre los años 1976 y 1977, Berkowitz mató a seis personas e hirió a otras siete, en su mayoría jóvenes parejas, que en las noches conversaban dentro de sus autos en zonas alejadas de la Gran Manzana.

Primeramente, por el arma que utilizaba para abatir a sus víctimas, Berkowitz fue apodado como “El asesino del calibre 44”, aunque él mismo, luego de uno de sus crímenes, se autobautizó como “El hijo de Sam” en una carta enviada a la policía, en la cual también argumentaba que un perro poseído de su vecino, le daba órdenes de matar.

De acuerdo a la historia oficial del caso, Berkowitz un trabajador postal de 24 años, fue finalmente descubierto por la policía, encontrando un rifle en el asiento trasero, mapas de las escenas del crimen y municiones.

De acuerdo a los registros, un sonriente Berkowitz le dijo al oficial que lo arrestaba: “Bueno, me capturaste”, reconociendo los asesinatos y  dando por cerrado el caso.

hijos de sam
Netflix

Sin embargo, este nuevo documental de Netflix plantea ahora un escenario mucho más truculento: Berkowitz  no actuaba solo.

¿Una secta?

La serie recoge el testimonio del periodista Maury Terry, quien prácticamente dio su vida a investigar el caso, planteando la existencia de varios asesinos detrás de la ola de homicidios que azotaron a Nueva York.

los hijos de sam
Netflix

Con cada paso, Terry comenzó a descubrir la existencia de un culto satánico, denominado ‘los Niños’, con nexos que incluso llegaban hasta el propio Charles Manson, famoso asesino en serie de la década de los 60, en Estados Unidos, algo que dejó plasmado en su libro ‘The Ultimate Evil’ (La Maldad Última).

Tanto se inmiscuyó el periodista con el caso, que llegó a obsesionarse, y varios incluso lo tildaron de conspiracionista y hasta de “volverse loco”.

Y no sólo eso, ya que se ganó el odio de la policía de Nueva York, por reabrir un caso que, para ellos, estaba totalmente cerrado.

¿Logró algo con su investigación? Lo sentimos, pero no hacemos spoiler.

Revisa el tráiler: