Más de 25 años de trayectoria componen la carrera del actor Álvaro Espinoza. Grandes e inolvidables villanos como Andrés Baeza de Ídolos, la polémica primera nocturna de TVN, Buenaventura Moreno de El Señor de la Querencia, y el más reciente Sr. Rojo de Pacto de Sangre; son algunos de los más de 25 personajes que ha realizado en televisión.

“Cuando estaba en la escuela de Teatro existía ese prejuicio de trabajar en televisión, pero se fue disipando y luego se convirtió en un objetivo”, relató en una reciente entrevista para el espacio digital Reyes del Drama.

Al iniciar el programa, confesó que había pensado arreglarse, pero finalmente se duchó y se puso el pijama. “A quien voy a engañar, tengo la cabeza hecha papa. Yo soy súper trabajador y no paro. Pero esto de la pandemia me tiene un poco desesperado. El día de la marmota, un loop interminable donde todos los días son iguales“, aseguró.

Por otro lado, disparó respecto al toque de queda que existe actualmente en Chile. “Esto no es pandémico, es anterior. Son restricciones políticas, quieren mitigar los efectos del estallido. Se mezclan cosas que hacen que sea aún más difícil de aguantar esto”, argumentó.

A pesar de todo, comentó que cada día da las gracias por tener el refrigerador lleno y a su familia con salud. “He podido trabajar, hacer cosas, aunque pocas, mejores para la cabeza que para el bolsillo. Se agradece, porque es un salvavidas para la mente y el corazón“, comentó.

Reyes del drama
Captura | YouTube

Un proyecto terminado

Dentro de estos “salvavidas” se encuentra la teleserie La Torre de Mabel que ya está grabada desde el 2020 en su totalidad, pero aún no ha sido estrenada. En esta producción será Gaspar Elizondo, empresario y marido machista y controlador de Mabel.

Su personaje no dejará que ella termine sus estudios universitarios y no le perdonará un escándalo público que hará. Es por eso que se separarán y él irá por la custodia de sus hijos.

“Soy muy suertudo de estar todo el año pasado vinculado en esa producción. Igual tuvimos que parar como 3 meses las grabaciones, con todos los protocolos. Estuvimos 11 meses. Después del largo confinamiento, logramos volver a grabar y la terminamos. Gracias a los dioses y a los ángeles estuve ahí y eso me salvó todo el año. Un rescate económico y estar vinculado al trabajo, a mis compañeros”, recordó.

Productora versus canal

Luego de casi 13 años en TVN, Álvaro ha pasado por Canal 13 y Mega, trabajando entre productoras y las agonizantes áreas dramáticas de los canales.

Sobre la inestabilidad que significa salir de la zona de confort del área dramática “de oro” que había en el canal público, Alvaro comentó: “Uno pertenece mientras dura el proyecto. Se acaba el proyecto y tienes que preguntar si te llamarán para otro o no. Empieza todo de nuevo. No eres parte del canal, si no te necesitan no estás. No es una familia. Así uno lo siente en el set, con los compañeros. Después que salí de TVN, llevo trabajando en productoras harto rato. No sentí el nervio de pensar qué es lo que viene. Es mucho mejor laboralmente“.

La torre de Mabel
La Torre de Mabel | Canal 13

Además, agregó que durante su estadía en el canal estatal, nunca tuvo contrato laboral, por lo cual la diferencia no ha sido tan grande. “En los canales no existió jamás la figura del contrato laboral. En las productoras, están obligados a cumplir las normativas. Me siento mucho más cómodo trabajando así. Es una relación más igualitaria con el resto de los trabajadores del audiovisual. Los montos son distintos, pero la situación contractual con el equipo es más similar, como colegas. Es la raja”, manifestó.

El lado oscuro de Álvaro Espinoza

Durante su repaso por los personajes que ha realizado en más de 20 teleseries, Espinoza asegura que casi siempre le ha tocado estar del lado de los villanos. “No se si será mi personalidad, pero casi siempre me ha tocado estar del lado oscuro de la fuerza. En Romané, ese pendejo facho que odiaba a los gitanos, pero con una gran moraleja”, reconoció.

En esa línea, recordó la escena que le tocó hacer con Amparo Noguera, donde su personaje hacía una revelación y confesaba que era gitana. “Era una pesadilla porque era demasiado gracioso. El personaje de la Amparo usaba unos pelos que le llegaban a la cintura. Entonces usaba una peluca pequeña y en la revelación tenía que salir con las dos pelucas. Era demasiado absurdo, muy chistoso, pero era una escena dramática”, explicó.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Alvaro Espinoza (@patomoteao)

Sobre su paso por la exitosa Pacto de Sangre, Álvaro señaló que fue una experiencia absolutamente agotadora y desgastante, sin embargo, solo tiene buenas palabras para lo que significó esta tremenda historia. “Más allá de todo el esfuerzo y el trabajo, me tenía todos los días estudiando hasta la madrugada, pero era muy fácil. Los diálogos eran perfectos. No le cambiaba ni una coma. Dije todo. Era muy bueno, lo cual lo hacía muy gozoso y fácil de aprenderlo. Tenía un capítulo y lo terminaba, y lo único que quería era leerme otro. Era vertiginoso, muy entretenido”, aseguró.

Por otro lado, comentó que su personaje tenía una fuerte carga emocional, y al ser un psicópata no podía expresar tanto: “Uno como actor lo quiere dar todo, quiere hacer todo. Pero me encuentro con un personaje al que no le importaba nada, no hay culpa, sentimientos. Era re complicado hacer nada y todo a la vez. A nivel de trabajo era mucho esfuerzo pero muy gratificante, texto, escena y el tremendo elenco que teníamos. Yo los conocía a todos hace muchos años. Fue muy orgánico, todo fluía muy bien”, concluyó.