Si hay una palabra que define a Nicole Hernández, es ‘luchadora’. No por nada la oriunda de Cerro Navia se repuso de haber quedado fuera de la final de la primera temporada de Rojo -con recordada polémica- para volver al programa y coronarse como la ganadora del Gran Rojo.

Y ese mismo espíritu es el que ha tenido que demostrar desde el inicio de la pandemia, ya que como ella misma dice, el gremio de los bailarines ha sido uno de los más golpeados, producto de la crisis sanitaria.

El mundo de las artes, y sobre todo el de los bailarines, fuimos tan invisibilizados antes de la pandemia, antes del estallido social, que cuando ocurrió esto, nos dimos cuenta que no somos importantes. Desaparecimos, porque incluso cuando no había pandemia, había muy poca ayuda para la danza”, dice con honestidad Hernández a Página 7.

Por lo mismo es que la intérprete, al igual que muchos, buscó la forma de reinventarse. “La pandemia me hizo educarme más sobre proyectos, por ejemplo cómo hacer un Fondart. Siento que los bailarines habíamos estado muy cómodos sólo haciendo, pero ahora la autogestión es inminente“, indicó.

Por lo mismo es que ha pensado seriamente en estudiar algún tipo de Magíster en Artes, aunque asegura que dicho plan podría concretarse recién el próximo año, “cuando me afirme bien”, reconoce.

¿Pero cómo lo ha hecho para mantenerse durante este período? Ella responde que con el premio de 10 millones que le entregó el programa de talentos de TVN.

 

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El dinero del premio ya no existe, es lo que permitió invertir y sobrevivir el año pasado y este año, porque no hemos tenido ningún tipo de ayuda de nadie. Eso tiene sus pros y contras, porque te hace darte cuenta de que nadie te va a venir a salvar y de que uno es su propio creador de oportunidades”, comenta a nuestro medio.

Asimismo, Nicole añade que “ese dinero me sirvió para irme a vivir sola, para pagar mes de arriendo, comprarme mi cama, mi refrigerador, mi lavadora. Netamente lo invertí en vivir. Así de mágico y un poco triste a la vez“, afirma.

De todas formas, y al igual como la vimos en pantalla, la talentosa bailarina se muestra optimista ante el difícil escenario. “Resiliencia no más. Soy una agradecida por seguir manteniendo mi estilo de vida, a pesar de que ya no está el trabajo como antes”, asevera.

Clases de danza y proyectos

Nicole nos cuenta que viene recuperándose de una lesión, por lo que poco a poco ha retomado los entrenamientos y las clases, las cuales también le han permitido, en parte, seguir en pie en medio de la crisis.

Estoy haciendo clases de danza de ballet formativo, que me tiene muy contenta, porque mis alumnos van muy bien y con bases mucho más firmes. Eso me tiene muy entusiasmada”, relata Hernández.

Asimismo, cuenta que se integró a la compañía de teatro musical Orquídea, la cual se formó en pandemia. “Hay algunas personas del programa, como Rodrigo Canobra”, comenta, y agrega que “también voy a estar en otro musical, del cual no puedo contar mucho, que es en modalidad online“.

 

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También admite que dentro de sus planes está la opción de estudiar teatro, lo que calificó como un desafío. “Me encantaría, aunque de verdad hay cosas que me dan mucha vergüenza, pero qué lata dejar de hacer algo porque te da vergüenza“, afirma.

Por último, analiza si volvería a ser parte de un programa de televisión. “A mí me encanta la televisión, me encanta lo que conlleva ser bailarín de televisión. Es una pega muy completa, a mi me sorprendió lo difícil que es. Me atraería mucho la idea, pero no sé si la tele esté ahora en ese plan, porque está en una reinvención constante”, sentenció.