En el capítulo del viernes 2 de abril, el jurado de Got Talent Chile se sorprendió con la presentación de Jonathan Marín, un joven transformista de 34 años que mostró su talento mediante su personaje Sabrina O’Donnell.

Bailando el tema de Celia Cruz Quizás, Quizás, Quizás, consiguió avanzar a la siguiente etapa.

Afirmando que “primera vez que sentía tanto miedo en un escenario”, el artista conversó con Página 7 para comentar sobre su participación en el programa de Mega.

“Me llegó un WhatsApp de la producción preguntándome si yo querían participar, tenía que enviar un video para ver si podía clasificar. Lo mandé con todas las esperanzas”, detalló.

Sobre su experiencia, declaró que fue “increíble” pese al nerviosismo. “A mí me encanta la televisión, el escenario y concursos, es un orgullo grande. Son 17 años que vengo trabajando con mucho cariño”, dijo.

Con la llegada de la pandemia, el mundo del transformismo ha tenido que enfrentar un duro panorama. Tras el cierre de las discoteques, la fuente laboral se ha reducido considerablemente, es así como tuvieron que buscar otros escenarios.

Jonathan adoptó las calles como su lugar de trabajo. “Hemos tenido que luchar porque el arte en Chile es vulnerable en cuanto a apoyo económico, ya que es muy caro poder generar”, afirmó.

“El arte del transformismo jamás ha tenido una buena remuneración, yo por ejemplo no recibí el 10% porque jamás he sido contratado. Claramente uno se hace vulnerable ante cualquier tipo de situación, no contamos con salud, eso ha pasado siempre”, señaló.

Pese a las carencias, el artista manifestó sentirse “orgulloso” por su fortaleza, en una carrera que ha tenido más de un traspié: su padre lo echó de la casa, teniendo que dormir en la calle por dos semanas.

“Somos personas que meremos derechos. Pero si no lo van a hacer, no se preocupen porque vamos a seguir luchando, somos seres humanos que crecemos carentes de ayuda”, complementó.

Sobre su próxima participación en Got Talent Chile, el artista detalló que espera revivir el espectáculo de discoteque, el Bin bam bum y las plumas. “Considero que soy una showoman espectacular”, concluyó.