En mayo de 2011 se vivía por las pantallas de TVN la gala final de Factor X, un estelar de talentos que contó en su primera temporada con tres mentores, los que a su vez evaluaban cada presentación: Karen Doggenweiler, Tito Beltrán y Zeta Bosio.

El exintegrante de Soda Stereo llegó a esta instancia con el participante Stanley Weissohn, que en ese tiempo tenía solo 16 años y logró quedarse con el segundo lugar.

Su popularidad se disparó, y entre sus fans adolescentes lo llamaban el Justin Bieber chileno, ya que además tenía una fuerte predilección por la música pop y electrónica.

Tras su paso por la televisión, el artista oriundo de Punta Arenas tuvo algunas apariciones en programas, siempre apuntando a la carrera que quería impulsar como cantante.

YouTube | Bang TV
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La música hoy

En el 2015 lanzó su primer disco titulado Equilibrio. Entre ese año y el siguiente, tras realizarse un cambio de look, comenzó a incursionar también en el modelaje: cortó su cabello y lo decoloró hasta dejarlo blanco, obteniendo así una apariencia muy llamativa.

Siendo ya mayor de edad, Stanley comenzó a viajar, y visitó países como Nueva Zelanda, Tailandia y Alemania.

Así fue como decidió instalarse en Berlín, donde se preparó para regresar con todo a la escena musical, presentando el año pasado su EP titulado Pop Poison.

En una entrevista con el sitio BizarroFM, Weissohn reveló que tardó cerca de 5 meses en producir este material, que es 100% suyo. “Fue súper liberador escribir cada uno de estos temas. Crecí como persona y me ayudó a liberarme de muchas cosas que traía cargando como una mochila y hoy en día son el plato fuerte del mensaje”, mencionó en esa oportunidad.

De hecho, en su primer single -Guilty pleasures-, busca hacer un llamado a no tener vergüenza o miedo de lo que a uno le gusta. “Puede ser un amplio abanico de cosas, desde tus preferencias sexuales hasta la música que te gusta; todas esas cosas que de repente la sociedad juzga y con esta canción tú dices ‘esto es lo que soy’“, explicó.

Instagram | @stanley_weissohn
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Lo fugaz de Factor X

“Al inicio de mi carrera participé en Factor X. Todo fue un boom y pensé ‘nunca voy a bajar de acá’; pero esa fama es estacionaria. Uno no puede mantenerse arriba siempre, y eso me generó un sentimiento de fracaso y de pensar que mi momento quizás ya había pasado”, reconoció en esa conversación.

En esa línea, agregó que cree en las segundas oportunidades, sobre todo por la posibilidad de “reinventarse, salir adelante y evolucionar”.

Este trabajo musical está hecho totalmente en inglés, idioma al que se fue adaptando en sus experiencias en el extranjero.

“Me fui a vivir a otro país. Empecé primero en Nueva Zelanda, terminé en Berlín, y mi vida entera realmente se convirtió en inglés… Ha sido toda una transformación personal que ahora puedo disfrutar“, dijo, pero de todas maneras aclaró que pretende volver a cantar en español.

Stanley Weissohn sabe que no tiene hoy en día la exposición que le dio la televisión en 2011, pero agradece que haya seguidores que han estado atentos a sus movimientos desde ese entonces.

“Me di cuenta que al final uno sí crea conexiones con las personas, independientemente del paso de los años“, reflexionó.

Producción

Cuando trabajó en su álbum anterior, tuvo el deseo de hacer las cosas a su manera, pero no tenía el conocimiento suficiente, así que no fue posible para él escribir ni producir.

“Sentía una desconexión entre quien yo quería ser y quien estaba proyectado en el disco. Así fue como tomé la decisión de empezar a producir mi propia música, estudiar para poder tomar el control de mi carrera y de mi vida en general“, reconoció.

En ese sentido, este EP lo hace sentir mucho más identificado, “porque he encontrado los sonidos que siempre quise plasmar dentro de mi música”, dijo Stanley.

Pop Poison, según él, es una mezcla energética de ritmos que te invitan a bailar.

Si bien es música pop, también tiene influencias súper electrónicas, de repente medias techno; una onda súper 80, una combinación entre Daftpunk, The Weekend y Javiera Mena”, concluyó.