Para muchas familias no ha sido fácil el proceso de pandemia, sobre todo porque el distanciamiento social ha causado que algunos de los integrantes del clan familiar queden varados en destinos que se han transformado en un segundo hogar.

Y ese ha sido el caso de la familia Teao Ayala. La pareja conformada por la Francisca Ayala y Hotuiti Teao, quienes estuvieron un año distanciados del mayor de sus hijos, Sebastián Teao.

Sebastián se quedó en el continente para poder continuar con sus estudios de Ingeniería Civil en Obras Civiles y, a su vez, otro de los motivos por los que no pudo retornar a la isla, tuvo que ver con el cierre de fronteras que se vivió en marzo del pasado 2020.

Todos estos factores llevaron a la familia a vivenciar uno de los momentos más difíciles de toda su vida, puesto que la distancia se hacía notar cada día.

Sin embargo y tras un largo periodo de espera, Ayala publicó a través de Instagram, que estaban a la espera del avión que los llevaría directo a lo que ansiaban por largos meses: poder reencontrarse con Sebastián.

En entrevista con Las Últimas Noticias, Francisca Ayala desclasificó cómo fueron esos minutos de espera y el posterior reencuentro con el mayor de sus retoños.

“Me bajé del avión y se me hizo eterna la Costanera. No la veía hace un año, pero era inmensa. Llegamos a las 21:30 horas, pero esos 45 minutos que nos demoramos fueron eternos”, comentó la empresaria.

Al llegar a Santiago, los Teao Ayala decidieron que Sebastián no fuese a buscarlos, principalmente porque según señala Ayala “iba a llorar tanto y quería que fuera más íntimo”.

La llegada a casa, según relata Francisca, fue especial. “Sebastián se escondió. El primero que lo vio fue mi hijo menor, Hotunui. Ellos se abrazaron por mucho rato. Yo no quería interrumpir ese momento, los dos lloraban muchísimo. Es su héroe, tienen hartos años de diferencia”, comentó al citado medio, agregando que “son muy importantes entre ellos”.

Finalmente, tras la espera, Francisca y Sebastián se abrazaron por largo rato, estuvo muchísimos minutos abrazada al mayor de sus hijos y contó que “fue un llanto de un reencuentro que no puedo explicar, me volvió el alma al cuerpo porque podía respirar. Son cosas tan fuertes que no sé si tienen descripción”.

La también nutricionista, hizo hincapié en que “todavía no puedo creer que la pandemia me quitara un año entero a mi hijo”.

La distancia complicaba la comunicación para el grupo familiar, pero a pesar de eso, nunca faltaban las videollamadas en el almuerzo y cena, acompañándose de manera virtual en periodos del día.

Francisca comenta que “él es más independiente, lo ha podido llevar pero siempre decía que le hacemos falta. Que un hijo te lo diga te pone triste, porque ese abrazo se necesita y más porque hemos sido muy apegados. Tenemos un vínculo muy fuerte”, enfatizó.

Eso sí, Sebastián no estaba solo, estaba acompañado por su abuela Miriam, la madre de Ayala.

Sebastián Teao y el tiempo separado de su familia

El joven estudiante de ingeniería también se refirió a lo difícil que fue para él la distancia con su madre, sobre todo porque el cambio abrupto que tuvo en su vida fue complejo.

“¿Tú cachai (sic) lo que significa estar pegado a tu mamá y de la noche a la mañana no la viste nunca más? Aparte de eso, con el tema del Internet que en la isla tampoco es muy bueno y uno sin chance de poder viajar, fue complicado. Pero este momento es increíble”.

Añade que el apoyo de parte de su familia siempre ha existido, recalcando que “estoy pasando oficialmente a quinto año y el año pasado también fue complicado. Siempre he estado bien apoyado con buenos amigos, mi abuelita es un siete y mi polola Marla ha sido fundamental”, agregó.