Jael Unger fue invitada al podcast Reyes del Drama, en donde repasó gran parte de su carrera artística, hasta su último personaje en televisión: la doctora Rosario Álvarez, quien trataba al personaje de Néstor Cantillana, quien tenía VIH.

Corría el año 2002 y Unger ya se había retirado de las teleseries para dedicar completamente su vida al sistema Isha. Sin embargo, recibió un llamado del director Vicente Sabatini para proponerle este personaje en El Circo de las Montini que sería sólo por un par de capítulos, pero que requería a una actriz de su talla.

“Me encantó. No fue fácil. Yo me fui a hablar con muchos médicos para que mi lenguaje fuera verdadero de lo que hablaba un médico. Me puse a estudiar muchísimo sobre el VIH, el tratamiento, etc, para que mi personaje fuera lo más real posible. Fue un trabajo de investigación re lindo, re interesante”, asegura Jael.

“Fue lindo ser parte de un vehículo para ser parte de la desmitificación del VIH. La teleserie fue muy adelantada a los tiempos en tratar este tema en su magnitud. Poder dar luz en ese panorama tan cruel fue muy importante. Yo hablé con muchos pacientes con VIH, los visité, conversamos. Fue un trabajo muy profundo. Incluso después hasta me involucré como activista por un tiempo”, comenta Jael.

Dentro del repaso por su extensa carrera en teleseries, la actriz recordó una de sus favoritas y que la motivó a cambiarse de Canal 13 a TVN y continuar realizando televisión, ya que por esos años se encontraba abocada cien por ciento al Teatro Imagen. Se trata de Volver a Empezar (1991).

La teleserie, escrita por Jorge Marchant y dirigida por Vicente Sabatini, es considerada por muchos como “de culto” por su contenido político vinculado a la sociedad chilena de esa época y su desarrollo del devenir político-social que la rodea.

¿Censura?

El personaje de Unger era una escritora que dejó el país en el año 1975 acompañando a su pareja que se había ido exiliado (Pepe Secall) y vuelve en democracia. “Me presentan este guión y era la teleserie que yo siempre había soñado. Profunda, bien escrita, real. Era un Chile real que venía saliendo de la dictadura, entrando a una democracia, con detenidos desaparecidos y exiliados que volvían al país. No era una fantasía y eso me encantó. Los diálogos eran maravillosos”, recuerda.

Me llenaba completamente y me hizo volver. De ahí me quedé para siempre en TVN. Esa teleserie no tuvo mucha audiencia porque en esa época el canal estaba reestructurando su área dramática. Un elenco de lujo. Claudia Digirólamo aceptó cambiarse de canal porque yo me vine”, agregó.

Por otro lado, la actriz comentó que a pesar de estar en democracia, la teleserie sufrió una delicada censura: “Lo lindo es que por primera vez se podía hablar claro de estos temas. Fue justo después de un año de asumir Aylwin, pero igual había censura por parte de quienes financiaban la teleserie: los auspiciadores. Muchas escenas se cambiaron. Muchas escenas de detenidos desaparecidos se transformaron en otra cosa mientras grababamos. Igual fue una censura grande, pero la teleserie fue muy buena. Me fascinó”, manifestó.