Este miércoles en una distendida conversación entre Julio César Rodríguez y Monserrat Álvarez en el matinal Contigo en la Mañana, en donde hablaban de los distintos estilos temáticos de ropa interior, surgió una divertida anécdota.

JC, sin filtro, comentó cómo un descuido con un regalo se convirtió en una bola de nieve: “Iba a un cumpleaños y me iba a ir del aeropuerto al cumpleaños y no llevaba regalo. Pasé y compré lencería que ya estaba la cajita lista, pasé por fuera y en mi psicología estúpida, porque de verdad mal, dije: ‘voy a regalar chocolates’, porque hay hartos regalos. Como venía atrasado, para variar, estaba la caja armada, era un rectángulo hermoso de lencería. Era tomar, pagarlo e ir, y era una cosa cara”, afirmó en su matinal.

Hasta ese momento nada hacía presagiar que el inocente obsequio iba a generar un problema de proporciones: “Llego (al cumpleaños), no voy a contar que polola, hago el regalo, y no falta el imbécil que dice ¡Qué lo abra! (…) y ahí me empezó a latir el corazón, ahí dimensioné y con mi polola al lado, yo dije ‘tranquilo, disfrutemos’, comentó el conductor, entre risas.

La cosa es que lo abrió, como no había onda, ingenuamente pensó que eran chocolates o algo así. Y los otros ‘¡Que lo abra!’ para que reparta. Abre y, ni siquiera lo había visto, era un set de babydoll con liga”, indicó

Ante la sorpresiva mirada de su compañera de programa, le preguntó cómo pudo salir de este incómodo momento, a lo que Julio César relató que le fue imposible: “El caracho de mi polola, el GOPE es poco, y yo inocente po’ Monse”.

Prosiguiendo con la historia, JC señaló que su pareja de aquel entonces (que el conductor afirmó es actriz) no le agradó el regalo:”Enojado conmigo. Mi polola, no enojada, en un estado superior, le salía por la nariz fuego. El pololo de ella (la amiga), que también era mi amigo… cómo le explicas eso al pololo de ella. Y la misma amiga que no entedía por qué le había regalado esa cuestión. El peor cumpleaños de mi vida”, confesó.

Ya finalizando este incómodo momento, JC comentó que a pesar del desubicado regalo, igualmente la cumpleañera no se lo tomó a mal: “Mi amiga me quería perdonar, pero no podía hacer un gesto porque se podía enojar el pololo y con mi polola también. Yo sentía que ella me quería perdonar, su mirada era un ‘te perdono, te disculpo’, pero no le podía hablar porque cualquier cosa era tienen ondita o tienen algo por la espalda, era una situación que no se la doy a nadie”, concluyó.