El 15 de marzo la bailarina y exRojo María Isabel Sobarzo, tuvo que cerrar su academia de danza, producto de la pandemia de coronavirus.

Aun así, al poco tiempo se reinventó y comenzó a dictar clases online a través de la plataforma Zoom. “Dentro de las opciones que tenía para poder armarme, la que vi más concreta fue dar clases online”, contó en junio pasado.

Para esto, “Icha” convirtió el living de la casa de su madre en la comuna de Puente Alto, en una improvisada pista de baile. En esa casa ha pasado la mayor del tiempo desde que llegó la pandemia a nuestro país. Una decisión madura y muy difícil.

En conversación con LUN, Sobarzo contó que ambos tomaron la decisión ya que para Nicolás Ruiz Tagle, pareja de la ganadora de Rojo 2003, no era posible trabajar desde casa, por lo que para prevenir contagios se separaron.

Al comienzo se comunicaban a diario por videollamadas. Luego, en mayo se reunieron un día para el cumpleaños de su hijo Lucas, pero ya en junio el esposo de la bailarina comenzó a sentirse solo.

Llegaba a la casa y no veía al Lucas. Y como nuestro hijo es chico, no pesca mucho las videollamadas. Todo eso lo empezó a afectar“, contó Icha.

Desde entonces flexibilizaron las medidas y ya desde septiembre la familia se reúne en su departamento los fines de semana.

“Con la pandemia nos acomodamos como pudimos. Cuando hay situaciones tan drásticas, uno tiene que ser más moldeable en vez de tan estructurado. Hay que ser un poco más flexible“, indicó ella.

Si bien para sus amigos resulta sorprendente el tiempo que han pasado distanciados, ella aseguró que igualmente son una pareja con un alto sentido de la independencia.

Nosotros tenemos una vida súper independiente con mi marido. Él puede hacer sus cosas, yo también. Él no me hincha a mí y yo no lo hincho a él. Somos bien relajados“, expresó.

Los ayudó a echarse de menos

De todo este proceso, ambos rescatan que la distancia los acercó más como pareja, ya que se han echado de menos. “Yo me imagino que a otras parejas les debe haber pasado todo lo contrario, porque cuándo uno había estado con el marido tanto tiempo en la casa”, dijo.

Y al parecer les queda para rato de este distanciamiento, ya que a la bailarina le ha ido bien con sus clases y dos veces a la semana tiene que impartir lecciones desde las 7:00 a las 22:30 horas. En ese horario su marido también trabaja por lo que no tienen con quién dejar a su hijo.

Acá lo acompaña a mi mamá, lo entretiene. Ella y mi hermano lo cuidan mientras yo estoy de corrido trabajando porque literalmente no paro“, contó.

¿Y la confianza en la pareja? “Yo confío en mi pareja, en que él está trabajando, él confía en mí. Y si el día de mañana esto no llega a funcionar, no era no más. Pero nosotros apostamos por este proyecto y lo damos todo”, cerró.