Hace unos días, Netflix estrenó la película El juicio de los 7 de Chicago, que habla de temas que han estado en la palestra de la actualidad nacional chilena: represión policial, manifestaciones y montajes.

Con un elenco de lujo, compuesto por Sacha Baron Cohen, Michael Keaton, Eddie Redmayne y Frank Langella, muchos ya apuntan que la cinta sí o sí ganará un nominación al Oscar como ‘Mejor Película’, ya que retrata da manera casi perfecta lo ocurrido en 1968.

Y es que sí, lo que se muestra en la película no es ficción. Puede que algunas partes sí, pero el juicio que se presenta contra siete líderes pacifistas en el tiempo de la Guerra de Vietnam ocurrió, y aquí en Página 7 te contamos esa historia. Y como es algo que pasó, en realidad esta nota no tiene ningún spoiler de la película.

Para esto tenemos que viajar a fines de los 60 en Estados Unidos, en plena guerra. Eran los últimos meses de Lyndon B. Johnson como presidente, por lo que ya se estaban buscando nombres para su sucesor.

Justamente en octubre de 1968 se realizaría la convención del Partido Demócrata donde se definiría al candidato presidencial. El vicepresidente Hubert Humphrey sería el elegido, pero nadie pensaría que en las calles de Chicago, donde se realizaría la convención, ardería todo.

Por cuatro días hubo manifestaciones en contra de la Guerra de Vietnam, que llegó a convocar a miles de personas. Como el alcalde Richard Daley dijo en la época que no aceptaría violencia, aseguró que pondría mano firme, y para eso convocó a cerca de 15 mil policías.

La ciudad le prohibió a distintas organizaciones pacifistas a manifestarse, ni tampoco a realizar el Festival por la Vida, ni tampoco que hubiese marchas. Los líderes de los movimientos, si bien insistían en querer hacer todo de buena manera, estaban conscientes de que los choques serían inevitables.

Al final, tras los enfrentamientos en medio de la Convención, el Gobierno optó por no juzgar a nadie de los disturbios. Todo indicaba que fue la policía la que había iniciado todo, así que no habría ningún juicio.

Nixon asumió el poder y todo cambió

Finalmente, el candidato republicano Richard Nixon fue el que ganó las elecciones y desde el principio aseguró que no habría cabida para la ‘promoción de la violencia en su Gobierno’. Así que, a través del Departamento de Justicia, se decidió llevar a juicio a distintos líderes de los movimientos pacifistas.

Hablamos de Abbie Hoffman, Jerry Rubin, David Dellinger, Tom Hayden, Rennie Davis, John Froines y Lee Weiner, los considerados ‘Siete de Chicago’. En realidad eran ocho: Bobby Seale, uno de los fundadores de las Panteras Negras, organización de mujeres y hombres que defendien los derechos de la comunidad afroamericana, también fue enjuiciado.

Lo increíble del caso de Seale, que sirvió para demostrar que se trataba de un juicio armado, era que él ni siquiera había participado de las manifestaciones en Chicago, solo estuvo de paso por unas cuatro horas. De hecho, ni siquiera conocía a sus ‘otros compañeros’.

Dentro del juicio, intervino en más de una ocasión, por lo que fue acusado de desacato en innumerables ocasiones. Un día llegó a ser encadenado a una silla y amordazado por su actitud. Al final su causa fue anulada, sin mayores pruebas; pese a esto igual enfrentó a la justicia por el supuesto homicidio de un policía.

Recordadas figuras de los movimientos pacifistas

Tal como se muestra en la película, una de las figuras es Abbie Hoffman, fundador de los Yippies y emblema de la causa pacifista. En paralelo al juicio, contaba lo que estaba viviendo a través del stand up comedy; escribió un best seller llamado Roba este libro que tiene un número indeterminado de copias vendidas; y hasta apareció en la portada de la revista Rolling Stone.

Hoffman molestó al juez Julius Hoffman durante el caso, quien en más de una ocasión quiso dejar en claro que no tenía ninguna relación con el acusado. Abbie llegó disfrazado como juez a la corte y constantemente interrumpía con frases como ‘Denegada’, ya que sabía que cualquier intervención de ellos sería rechazada.

Tom Hayden fue otro de los destacados. Lideraba un grupo antibelicista que quería el fin de la Guerra de Vietnam; tiempo después incluso llegó a ser senador de Estados Unidos.

Jerry Rubin, de los Yippies, también hizo carrera después del juicio, siendo una tremenda figura en la bolsa de Wall Street.

Pero, ¿qué fue lo que pasó después? Todos estos líderes fueron acusados de conspiración para acabar con el Gobierno de Estados Unidos y de agredir e iniciar los ataques contra la policía en Chicago.

Finalmente, las acusaciones fueron desechadas porque no había pruebas de esto. De hecho, las personas involucradas no se conocieron hasta el juicio. Puede que se hayan visto, pero en ningún caso fueron compañeros o amigos.

El juez Hoffman, recordado por su actitud negligente y prepotente, los condenó a cinco años de prisión, pero por ‘violar la ley que impedía atravesar estados para provocar revueltas y disturbios callejeros’, y por los desacatos mostrados durante el juicio. Solo Froines y Weiner fueron absueltos.

Luego las condenas fueron revocadas por la Corte de Apelaciones el 21 de noviembre de 1972, argumentando parcialidad de Hoffman y de la imposibilidad de los abogados de la defensa a cerciorarse de la imparcialidad del jurado.

Así se gestó uno de los casos más bullados de la historia de la Justicia estadounidense, que hasta el día de hoy se recuerda.