En 2014, el conductor de noticias Augusto Góngora fue diagnosticado con un trastorno cognitivo leve de tipo amnésico, más conocido como Alzheimer, y desde ese momento nunca volvió a ser el mismo.

Hoy su pareja Paulina Urrutia, ha debido enfrentar estos complejos meses junto a su marido, cuya enfermedad ha avanzado bastante más rápido durante esta cuarentena.

“No sé cómo explicarte qué significa para una persona con Alzheimer perder el contacto con otros seres humanos, no poder tomar una micro o el metro, recorrer un museo, ir al teatro. Ha sido absolutamente devastador para el Augusto, que no ha podido ver a sus hijos y nietos. La enfermedad ha avanzado como si hubieran pasado años”, contó Urrutia en conversación con Las Últimas Noticias.

Sobre cómo han sido estos meses de encierro, la actriz de Fuera de control, manifestó que “ha sido terrible, he necesitado apoyo anímico que nunca pensé que iba a requerir. Ha sido devastador ver cómo la enfermedad avanza. El Augusto tiene ahora más de un 80% de deterioro funcional y requiere apoyo para todo. Necesita desde que le dé de comer hasta que lo acompañe al baño”, expresó.

“Con la pandemia no pudo ir nunca más al parque ni a los museos, porque es un adulto mayor y corre más riesgo de contagiarse”, cuenta, agregando que caminan dos horas diariamente por el condominio donde viven. “Él es feliz cuando camina. Yo le digo El Alcalde, porque saluda a todas las personas, jajajá. Una vez por semana vamos a comprar al almacén del barrio, donde tiene menos riesgo de contagio. Pero como no comprende nada de lo que está pasando, cuando le pongo la mascarilla se enoja y le da una pataleta. Me dice: ‘Yo no quiero nada con usted, señora’. Tú no sabes la angustia y el dolor que me provoca eso”, dijo.

Al mismo tiempo, Urrutia señaló lo difícil que es “verlo angustiado. Él es una persona tan emblemática, que jugó un papel tan importante en recordar los episodios más oscuros de la dictadura para no volver a repetirlos. Es importante que sus últimos años los pueda vivir con dignidad”.

“Con la cuarentena el Augusto pasó a vivir cuadros de demencia, con no comprensión de la realidad. Esto empezó a manifestarse a los 62 y llevamos así seis años. Para mí ha sido aprender a recordar que se acerca la muerte, que es un momento maravilloso para descubrir cómo hemos vivido. Nosotros alcanzamos a entrar en el Auge con esta enfermedad, pero aún así hay un poder de empobrecimiento terrible porque se pierden oportunidades de trabajo. Hemos recibido el apoyo económico de los hijos de Augusto”, detalló.

Incertidumbre laboral

Por otro lado, Paulina se refirió a cómo ha debido llevar la incertidumbre laboral, puesto que las artes han sido fuertemente impactadas producto de la pandemia.

“Para los que trabajamos en el sector de las artes, culturas y patrimonio ha sido devastador este período, porque no nos vemos reflejados en las políticas públicas. En lo personal, como en el día estoy absolutamente dedicada al Augusto, trato de multiplicar las horas en la noche para poder funcionar y al mismo tiempo descansar y dormir. Me he visto muy demandada y exigida, pero al mismo tiempo me da mucha alegría poder amar, proteger y cuidar al Augusto. Es la persona que más amo”, concluyó.