Hace unos días se dio conocer un posible caso de trata de personas en San Felipe, luego que se supiera de la historia de un niña de 15 años que sufrió maltratos y agresiones sexuales.

Esta menor llegó a Chile en 2008, con casi tres años de vida, con un grupo de refugiados provenientes de Iraq, que estaban escapando de la guerra. Supuestamente quedó al cuidado de sus progenitores, pero no lo eran.

Esto desató una investigación, que incluyó el descubrimiento de la falta de documentos que acrediten su nacimiento, origen, hasta su nombre real. Esto considerando diversos abusos y vulneración de derechos hacia la niña.

Pero, ¿cómo se supo de esta historia? Todo se remonta a junio de 2019, que fue cuando la menor llegó al hogar de Claudia Salazar y Eduardo Fernández, quienes eran vecinos de ella.

Si bien no había un vínculo estrecho, si la conocían por medio del hijo de Claudia. Según contaron a Mucho Gusto, un día llegó a su casa pidiendo ayuda porque su padre quería asesinarla.

Apenas Eduardo escuchó su relato, supo de inmediato que tenía que ayudarla, porque se veía reflejado en su historia.

“Nunca he olvidado lo que me pasó en mi infancia, fue duro. Tuve padres maltratadores, alcohólicos, y yo quise ayudar a esta niña, porque no quiero que pase lo mismo que pasé yo”, explicó este trabajador.

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Sobre aquel día, Claudia recordó que cuando quiso abrazar a la joven para contenerla, de inmediato ella reaccionó adolorida por los golpes.

Todos estos indicios de violencia, hicieron que Eduardo no dudara en recibirla para cuidarla y sacarla adelante.

“He intentado superar lo que pasó en mi niñez, lo he conversado con ella, la triste vida que tuve. Pero salí adelante gracias a mis padres adoptivos, si no fuera por ellos, hubiese pasado lo mismo que con mi niña”, recordó este hombre en el matinal de Mega.

Brutales maltratos

Eduardo por ejemplo, relató que lo amarraban cuando era niño, y que en vez de leche le daban vino a los 7 años. Por lo mismo, cuando supo de todo lo que habría sufrido su hija, como le dice ahora, quiso de inmediato protegerla.

“Se me cayeron las lágrimas cuando nos contó su historia. Había sufrido tocaciones, le daban tranquilizantes y amanecía sin su ropa interior, tenía golpes en el cuerpo. En la noche tenía pesadillas, tenía mucho temor”, agregó.

Lo más increíble, es que a los 15 días de quedarse con ellos, la joven empezó a decirle papá a Eduardo. Él emocionado explica que todo debió responder a que en ese corto tiempo, recibió el cariño que nunca antes tuvo.

Mientras sigue la investigación y la querella de la familia contra los responsables de las agresiones de la menor, además, iniciarán un proceso de adopción legal.