Ultra smider tøjet (Tira la ropa) es el nombre del programa danés, emitido por el canal infantil Ultra, en el que cinco adultos voluntarios se exponen desnudos frente a una audiencia de niños de entre 11 a 13 años con el objetivo de “combatir la vergüenza corporal y fomentar la positividad corporal”.

El espacio que ya va en su segunda temporada y que fue el ganador del Festival de Televisión en Dinamarca de 2019, es muy popular en ese país, sin embargo, recientemente el miembro del Partido Popular derechista, Peter Skaarup, acusó al programa de “depravar” a los menores.

Producido por la filial danesa de Warner Bros. International, para Skaarup, Tira la ropa posee contenido “demasiado extremo” para espectadores tan jóvenes.

“Es demasiado pronto para que los niños” comiencen a hablar de los genitales masculinos y femeninos, declaró a B.T., un diario danés.

Tienen que aprenderlo en el momento adecuado“, dijo, agregando que es información que debe ser entregada por los padres o las escuelas y no “de esta manera vulgar, como lo hace el canal infantil”.

De acuerdo al New York Times, los productores del programa confían en que es una herramienta educativa para combatir los problemas de autoestima física e incentivar la positividad corporal, donde los niños hacen preguntas tan naturales como “¿A qué edad crece el vello en la parte inferior del cuerpo?” “¿Estás satisfecho con tu cuerpo?” o “¿Te arrepientes de haberte hecho un tatuaje?”

El presentador Jannik Schow, aseguró que otro objetivo del espacio era contrarrestar el bombardeo diario al que se enfrentan los niños y jóvenes en redes sociales, donde abundan imágenes de cuerpos perfectos y poco realistas.

“Quizás algunas personas dicen, ‘Oh, Dios mío, están combinando la desnudez y los niños’, pero esto no tiene nada que ver con el sexo, se trata de ver el cuerpo como algo natural, como lo hacen los niños”, expresó.

Crianza danesa

Sofie Münster, una experta reconocida a nivel nacional en crianza nórdica, señaló que “la crianza danesa generalmente favorece exponer a los niños en lugar de protegerlos“.

“Si bien algunos pueden preferir ser demasiado cuidadosos, es posible que prefiramos tener poco cuidado”, aseguró. “Se trata de ser libre y encontrarse a uno mismo. Si un niño se cae de un árbol y se rompe un brazo, eso podría no ser ‘ideal’, pero puede servir para un propósito mayor”, agregó.

Si bien reconoció que quizá un programa para niños con adultos desnudos podría llevar este enfoque al extremo, también insistió en que la forma danesa de lidiar con el alivio de la ansiedad de los niños, por cuestiones corporales, es “exponerlos” a cuerpos desnudos.

Así es como educamos a nuestros hijo. Les mostramos la realidad tal como es“, dijo.

Ule, un hombre de 76 años que ha participado en el programa, comentó en el espacio que decidió ir pues quería mostrarles a los niños que los cuerpos perfectos no existen y que lo que ven en las redes sociales a menudo es engañoso.

En Facebook o Instagram, muchas personas son modelos de moda”, dijo. “Nosotros aquí, tenemos cuerpos ordinarios. Espero que comprendan que los cuerpos normales se ven así”, le dijo a la audiencia presente.

Seguridad y reacción de los niños

Los productores han insistido en que la seguridad de los niños es lo primero. Por ejemplo, son los padres los que deben autorizar a sus hijos, independiente del permiso de sus escuelas. Tampoco muestran a los niños y a los adultos en una sola toma; y se les pregunta constantemente si acaso se sienten cómodos.

Rasmus Engelhardt Gundersen, padre de uno de los niños que participan, indicó que “la noción de que las personas son diferentes y tienen cuerpos diferentes es algo que nos gustaría que experimentaran los niños”.

Tras el programa, algunos niños se sentaron en el césped fuera del estudio y conversaron sobre la experiencia. Theodore Knightley, de 11 años, dijo que “fue divertido” y que “me gustó el consejo que nos dieron“.

Ida Engelhardt Gundersen, de 13 años, en tanto, comentó que estuvo nerviosa al principio. “No estoy acostumbrada a ver voluntarios desnudos y hacerles preguntas, pero aprendimos sobre el cuerpo y sobre cómo se sienten otras personas con respecto a sus cuerpos”.

Por último, Sonia Chakrabarthy Geckler, de 11 años, indicó que no estaba segura respecto a lo que le dejaría la experiencia, pero aseguró que ahora se siente “más segura de mi propio cuerpo“.