Mario Mauriziano es una figura reconocida en el ámbito deportivo. Trabajó por casi una década en el CDF y cuando fue desvinculado, en febrero de 2019, aseguró que se retiraba del periodismo porque “nadie lo quería”.
Y aunque efectivamente se encuentra alejado del medio, sí ha hecho noticia por temas personales, como cuando se conoció que se convertiría en padre a los 49 años junto a su joven pareja, Camila Anich, ingeniera comercial 20 años menor que él.
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Ahora es uno de sus hijos quien seguramente dará que hablar en algunos años. Mattia Mauriziano, tiene apenas 18 años pero un promisorio futuro tanto en el tenis como en el modelaje, dos mundos que intentará complementar mientras estudia gestión de negocios en Estados Unidos.
El joven es parte de la reconocida agencia Elite, donde empezó a los 15 años. “Necesitaba plata para ir a los torneos. Me costaba pedir plata para viajar, entonces mi mamá mandó unas fotos a Elite y ahí comenzó todo, y con esos recursos que generé comencé a pagarme giras”, cuenta a LUN el hijo del relator deportivo, quien incluso fue invitado al Elite Model Look en Paris en noviembre pasado.
“Fue una gran experiencia y también le tomé el gustito a ese trabajo y me gustaría crecer en esa área“, aseguró, indicando que en este mundo “se conoce mucha gente y agarras contactos”.
Por ahora, Mattia espera desarrollar sus pasiones en el orden de estudios, tenis y modelaje. “Al menos así lo planifiqué hasta ahora. Después quién sabe lo que va a pasar, pero tengo fe que esta es la mejor decisión. Me voy a estudiar a Estados Unidos y luego, después de titularme, veré si puedo continuar con mi carrera de tenista, dándole la vuelta larga, por decirlo de alguna forma”, comentó.
Su interés por el tenis partió a los 7 años y, según contó, fue número uno de Chile hasta los 13. A los 14 sus padres lo inscribieron en un colegio de deportistas y allí fue perfeccionándose. “Siento que lo puedo hacer. El tenis universitario es súper competitivo en Estados Unidos, y hay muchos jugadores que pudieron después meterse en el circuito. John Isner (tenista) pasó por la Universidad de Georgia, justamente. Entonces es un buen espejo, aunque hay que trabajar muchísimo para eso”, agregó.
En agosto piensa mudarse a Georgia, pues estudiará en la Universidad de Augusta, a una hora de Atlanta, donde estudiará la carrera que dura cuatro años.
Su trabajo en el modelaje ha sido muy profesional, advirtió, ya que debe asumir varios “sacrificios”. “No me puedo cortar el pelo, que es como mi sello, entonces les tengo que avisar cualquier cambio de loook. Si me quiero hacer un tatuaje, cortarme o teñirme el pelo, les tengo que preguntar para ver si me puedo hacer el corte o no, pero tiene que ver con el perfil de las campañas y es parte del trabajo, detalló.
Respecto a lo que piensa su padre, Mattia expresó que siempre lo ha apoyado en todo, así que está feliz. “Fue papá hace poco y lo veo bien y feliz. Me gustaría algún día que volviera a comentar partidos de fútbol, porque sé que lo hace bien y es su pasión“, finalizó.
