El actor estadounidense, de origen egipcio, Rami Malek se habría negado a interpretar al malo en el nuevo filme de James Bond, cuyo rodaje está en curso, si el personaje, un terrorista, hubiera reflejado “una ideología o una religión”.

Se aseguró de ello antes de aceptar el papel, ya que temía que sus orígenes pudieran desencadenar en burlas, según declaraciones al tabloide británico Daily Mirror publicadas el miércoles.

Malek, recientemente premiado con el Óscar por su encarnación del cantante Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, puso sus condiciones al director Cary Fukunaga.

No podemos identificar (el personaje) con cualquier acto de terrorismo que refleje una ideología o una religión (…). Es la razón por la que yo le escogí (al director), entonces puede contar conmigo“, aseguró el actor que le había comentado al realizador.

“Pero no era claramente la visión” de Cary Fukunaga. “Así que es un terrorista de otro tipo”, dijo.

El actor, de 38 años, nació en el seno de una familia de coptos egipcios que emigró a las afueras de Los Ángeles. Arraigado a sus raíces, considera que “no hay ni primera generación ni segunda generación” de migrantes. “Soy egipcio”, dijo en una entrevista a la revista GQ en 2018.