La Familia Real de Bélgica vive un proceso reconciliación después de años de amargas batallas judiciales, y esto se evidenció con el reencuentro entre exrey Alberto II y su hija extramatrimonial, la escultora y ahora princesa Delphine de Sajonia-Coburgo.

El palacio real en Bruselas sorprendió a todos el martes al divulgar una carta firmada por el exmonarca y su esposa, la exreina Paola, y la princesa Delphine, acompañada de una fotografía en que se puede ver a los tres en una sala del castillo de Belvedere, en Laeken.

La nota -firmada por “Delphine, Paola y Alberto”- apuntó que el exmonarca y su hija decidieron “abrir un nuevo capítulo”, después de una guerra judicial entre ambos que se arrastró por siete años en tribunales belgas para que Alberto II asuma la paternidad de la escultora.

“Después de los escándalos, las heridas y el sufrimiento, ha llegado el momento del perdón, de la cura y de la reconciliación”, afirmaron los tres personajes de esta historia que durante muchos años mantuvo en vilo a los belgas.

Reconciliación en Familia Real belga tras batalla legal: Alberto II se reunió con hija "ilegítima"
Palacio Real de Bélgica | AFP

Delphine nació en febrero de 1968 de la larga relación (1966-1984) que mantuvo su madre, la baronesa Sibylle de Sélys Longchamps, con Alberto, quien era en ese entonces el príncipe heredero de la corona belga y estaba casado con la italiana Paola Ruffo di Calabria.

Alberto asumió el trono belga en 1993, con el nombre de Alberto II, y su esposa se convirtió en la reina Paola. El monarca abdicó en 2013, en favor de su hijo mayor, Felipe.

Sin embargo, los rumores de que Delphine era hija del rey de los belgas comenzaron a circular con insistencia ya en 1997. Educada en el Reino Unido y Suiza, la joven Delphine Boel (apellido del marido de su madre) se transformó en una reconocida artista plástica y escultora.

Alberto y Paola, quienes ahora tienen respectivamente 86 y 83 años, tuvieron tres hijos: Felipe, nacido en 1960, que subió al trono en 2013; la princesa Astrid (nacida en 1962) y el príncipe Laurent (1963).

“¡Que giro increíble!”

El caso llegó a los tribunales en 2013 y según Delphine eso ocurrió a raíz de la negativa del exrey de admitir su paternidad o incluso de ayudar a la baronesa Longchamps.

Es así como a fines de 2019 un tribunal belga obligó a Alberto II a someterse a un examen que, en enero de 2020, confirmó la paternidad.

A inicios de octubre de este año la justicia le concedió el título de “Alteza Real Delphine de Sajonia-Coburgo”.

“¡Que giro increíble en toda esta situación!”, exclamó a AFP Stéphane Bern, un célebre cronista de la Familia Real.

En la opinión de Bern, un conocedor de los meandros de la corona belga, el gesto que abrió la puerta a esta reconciliación familiar fue la decisión del actual rey de los belgas, Felipe, de recibir a su media hermana a inicios de octubre.

Otro especialista en la Familia Real belga, Vincent Dujardin, profesor de historia contemporánea, coincidió plenamente con Bern y apuntó que el rey Felipe “impulsó” a su padre, para recomponer su imagen, afectada por su anterior negativa a aproximarse de su hija.

De acuerdo con fuentes coincidentes, Alberto mantuvo contactos regulares con Delphine hasta que esta llegó a la adolescencia, pero esa endeble relación se rompió en 2001, después que la prensa belga investigó a fondo el caso.

Para Patrick Weber, un analista de temas reales belgas, la reaproximación “es muy positiva para la Familia Real porque esto se había convertido en una cosa sucia”, y en cambio el encuentro “permite iniciar la vía de la reconstrucción entre Alberto y Delphine”.

Según Bern, la razón por la que fue necesario esperar tantos años para una reconciliación está en la crisis conyugal por la que atravesaron Alberto y la exreina Paola.

“Alberto no quería herir a la reina, por eso no reconoció a Delphine. Cuando él y Paola se reconciliaron, intentaron borrar los obstáculos (…) Hoy podemos decir que el acto de perdonar viene de la reina Paola”, dijo.