Debido a la pandemia y como medida de prevención, la reina Isabel, quien tiene 94 años, no volverá al Palacio de Buckingham hasta el próximo año.

Según la prensa inglesa, tras sus vacaciones de verano en Balmoral (Escocia) la monarca se quedará en el castillo de Windsor y, como es tradición, para la época navideña se quedará en su residencia de Sandringham.

Pero, al parecer, esta famosa tradición está peligrando. Lo anterior, ya que fuentes señalaron a The Sun que muchos de empleados de la Reina se han “rebelado” y no quieren pasar la Navidad lejos de sus seres queridos.

Se trata de un grupo aproximado de 20 personas, entre los cuales se encuentran trabajadores de mantenimiento, limpieza y lavandería.

Para servir a Isabel II y a otros royals durante esta festividad, los empleados deber estar cuatro semanas en Sandringham, en una especie de “burbuja” por el COVID-19, consignó la revista Vanity Fair.

“La reina está furiosa, pero sus empleados consideran que todo esto ya es suficiente y que no tiene precedentes en absoluto. Todos quieren ser leales pero sienten que han ido demasiado lejos al querer separarlos de sus familias durante la época navideña”, indicó el informante.

En esta línea, la fuente indicó que “se están llevando a cabo discusiones con el equipo sobre asuntos operativos” para llegar a un consenso, aunque no descartó que el problema provoque cambios en la agenda de fin de año de la Reina.

Por último, de no llegar a un acuerdo con los trabajadores, esta sería la primera Navidad que pasaría Isabel II fuera de Sandringham en 33 años.