Para Susan Schneider, agosto de 2014 es una fecha que marcó un antes y después en su vida. Fue en aquel entonces que su esposo, el querido actor Robin Williams, se suicidó.

A 6 años de esta fatal hecho, Susan dio un extensa entrevista al portal Today para referirse al estreno del documental Robin’s Wish, donde justamente se habla de los últimos días de la voz del ‘Genio’ en Aladdin.

“Cuando con tu mejor amigo, tu pareja, tu amor, te das cuenta de que hay un abismo gigante en alguna parte y no puedes ver dónde está. Eso simplemente no se basa en la realidad. Fue un momento difícil”, partió relatando la viuda de Williams.

Meses antes del deceso, el matrimonio optó por empezar a dormir en piezas separadas, debido a que el actor sufría de insomnio. Lo que su esposa desconocía, era es que estaba padeciendo una enfermedad degenerativa: demencia con cuerpos de Lewy.

Esto fue un duro golpe para el protagonista de Patch Adams, ya que pese a que fue una recomendación de sus doctores, él casi pensó que todo terminaría en una separación real con su esposa.

Según detalla el sitio Medline, la demencia con cuerpos de Lewy es una de las causas más comunes de demencia en personas mayores. Aquí existe una pérdida de funciones mentales lo suficientemente severa para afectar su vida diaria y sus actividades: falta de memoria, pérdida de habilidades del lenguaje, dificultad para prestar atención, entre otras.

Últimos meses no fueron fáciles

“Robin y yo sabíamos que estaban sucediendo muchas más cosas. Robin tenía razón cuando me dijo: ‘Sólo quiero reiniciar mi cerebro’. En ese momento, le prometí que llegaríamos al fondo de esto. Simplemente no sabía que sería después de su muerte”, explicó Susan.

De hecho en el documental Robin’s Wish, se detalla que nunca que nadie de los cercanos del actor, ni siquiera él, sabían de esta situación. Todo indicaría que fue un mal diagnóstico de parte de los médicos de Williams.

“Me sentaron y me dijeron que básicamente Robin murió de demencia con cuerpos de Lewy. Empezaron a hablar de la neurodegeneración. No estaba en sus cabales. Me sentí aliviada de que tuviera un nombre. Robin y yo habíamos pasado por esta experiencia juntos, siendo realmente perseguidos por un monstruo invisible”, sentenció Susan Schneider.