No es sorpresa que los perros de raza corgies de la Reina Isabel gozaban de cientos de lujos junto a ella en el palacio de Buckingham, teniendo incluso su propia habitación en el recinto.

Sin embargo, sorpresa causó la revelación de quien fue por 11 años el chef de Isabel II, Darren Macgrady, mismo que reveló a la revista Hello! que las mascotas de la reina contaban con un menú especial preparado para ellos, y que este estaba a su cargo.

“Cuando trabajaba en el palacio, cocinábamos un menú especial para los perros. La señora Fennick, que los cuidaba en Sandringham, elegía el menú y nos lo enviaba a cocina cada mes. El menú especificada lo que tenían que comer cada día”, comenzó contando el cocinero.

Al mismo tiempo, este reveló que el menú diariamente cambiaba de proteína. “Un día podía ser ternera, otro día pollo, al siguiente cordero, al otro conejo… lo íbamos alternando. Nos llegaba la carne, la cocinábamos, la picábamos en trozos muy pequeños y nos asegurábamos de que no quedaran huesos para que los perros no se atragantaran”, sostuvo.

“Algunos días los perros, digámoslo así, estaban un poco taponados y teníamos que añadir repollo al menú. Otras veces sucedía al contrario y teníamos que ponerles arroz”, contó Mcgrady.

Por otro lado, el profesional reveló que era la propia reina Isabel que les daba de comer a diario. “Todos los días uno de los sirvientes de la Reina de Inglaterra bajaba a la cocina, a eso de las dos o tres de la tarde, cogía los platos con la comida y se los llevaba arriba para alimentarlos. Cada uno tenía su propio plato y la Reina los alimentaba personalmente, después de tomar su té”, explicó.

No obstante, los animales no eran del agrado de los chefs, puesto que eran bastante ruidosos. “¡A los chefs no les gustaban los corgis! Son chillones. Chillones y malos. Siempre estaban peleándose con los perros de la Reina Madre o los de la princesa Ana. En lugares como Sandringham, solían entrar en la cocina”, dijo.

Sin embargo, según aseguró la revista Vanity Fair, el problema finalizó en octubre de 2019, luego que la reina Isabel decidiera no tener más corgis porque le afectaba mucho decirles adiós, tras la muerte de su último pequeño.