Por 12 años la princesa Marie-Christine decidió “desaparecer” del mapa familiar. Y es que la tía del rey Felipe de Bélgica nunca se sintió cómoda con su papel en la realeza, por lo que decidió dar un pie al costado.

La hija mayor del rey Leopoldo III y la princesa Lilian, hermanastra del rey Alberto II, tomó sus maletas y partió rumbo a Estados Unidos hace 40 años, dejando atrás cualquier responsabilidad con la monarquía.

Desde entonces, no se supo nada de Marie-Christine (68) hasta el 2007, cuando dio una entrevista al diario Laatste Nieuws, y ahora fue el mismo medio el que reveló qué ha sido de ella y cuál es su paradero.

Resulta que la princesa se encuentra viviendo en Sequim, un pueblo de menos de siete mil habitantes en Washington, Estados Unidos. Allí compró una casa con su esposo Jean-Paul Gourgues. Según consignó Vanitatis, de El Confidencial, en 2009 adquirieron una vivienda de tres habitaciones por 325 mil dólares, es decir, unos 267 millones de pesos, con una espectacular vista de las montañas y bosques.

princesa desaparecida de bélgica
Captura de Marie-Christine durante su entrevista en 2007

Pero ¿por qué huyó de Bélgica? En un libro publicado en 2004 y donde Marie-Christine reveló parte de su infancia, se puede desprender que los conflictos con la monarquía comenzaron de muy pequeña. Ya en su niñez vivió la ausencia de su padre y la crueldad de su madre.

Y es que cuando cumplió 18 años, la princesa fue supuestamente abusada sexualmente por un primo, y su madre, en vez de protegerla, simplemente tapó los hechos y la castigó encerrándola por dos meses en su habitación.

Producto de estos traumas, ya en la adolescencia y posterior adultez, Marie-Christine tuvo problemas con el alcohol y varias relaciones amorosas que no llegaban a buen puerto, consignó la revista Quién.

A los 29 años, se mudó a Canadá donde vivió con una amiga de sus padres, quien la ayudaría a encontrar nuevamente un rumbo a su vida. Durante un tiempo trabajó en TV Ontario, pero la rebeldía interna de la princesa seguía muy presente.

En 1981, la princesa decidió casarse con el pianista homosexual Paul Drake, pero solo para obtener la residencia estadounidense, por lo que a poco más de un mes dejaron de convivir. Eso sí, recién se divorciaron en 1985. Los gastos de ese trámite debieron asumirlo sus padres, en un momento en que la relación con ellos estaba más que quebrada.

Cuatro años más tarde conoció al empresario hotelero francés Jean-Paul Gourges y en 1989 contrajo matrimonio en Westwood, California.

Para ese entonces, Marie-Christine ya no quería saber nada de su familia, a tal punto que ni siquiera asistió al funeral de sus padres y solo ha mantenido el contacto con su hermana Esmeralda.

Es ella precisamente quien señaló al diario en cuestión que “Marie-Christine no quiere mantener ningún contacto ni con la familia ni con los amigos del pasado. Es su elección. Dice que tiene una nueva vida. Me pone triste, pero respeto su decisión. Lo intenté durante 4 años, pero ella realmente no quiere y no puedo obligarla“.

Al parecer, la princesa rebelde encontró la felicidad a miles de kilómetros de su familia y no tiene intenciones de retomar algún lazo.