A comienzos de enero la familia de José David Muñoz, de 60 años, denunció un brutal ataque homofóbico en su contra, asegurando que el hombre fue quemado al interior de una tina con agua hirviendo en Porvenir, capital de Tierra del Fuego.
De acuerdo a su sobrina, Erin Ruiz, el episodio de violencia le generó quemaduras en órganos internos. “No se merecía lo que le hicieron. Y lo que le hicieron fue terrible. Nosotros vamos a llegar hasta las últimas, nosotros queremos cárcel, queremos que paguen por lo que hicieron. Porque si bien él se puede llegar a salvar, en el estado que está, él va a quedar con secuelas”, señaló en esa ocasión, según consignó BioBioChile.
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Tan delicada era su situación que el 10 de enero fue trasladado a Santiago, hasta la ex Posta Central en el centro de Santiago, para tratar su lesiones de carácter grave. Afortunadamente el hombre salvó con vida y se encuentra en proceso de recuperación.
En el caso existen dos detenidos: Juan Pablo Vilches (36) y Nelson Aguilar (18), quienes se encuentran en prisión preventiva. El primero sigue tras las rejas pero tras una reciente audiencia, se determinó que Aguilar quedara con arresto domiciliario.
Hasta ahora Muñoz no se había referido al ataque en cuestión, pero este lunes en un contacto con Bienvenidos, detalló cómo se dio la brutal agresión.
Al hombre lo recostaron en una tina y, sin piedad, le lanzaron agua hirviendo sobre el cuerpo. “Fue terrorífico, porque un poco más y acaban con mi vida. Eso no tiene perdón de Dios“, señaló al programa de Canal 13.
Rosa Aguirre, cuñada de la víctima también habló con el espacio. “Ellos después que lo quemaron con agua hirviendo en la tina, pusieron una frazada encima de lo quemado. Dicen que él gritaba y pedía auxilio y nadie lo ayudó“.
Erin Ruiz, su sobrina, detalló que a Muñoz lo obligaron a beber alcohol, quedó inconsciente y al borde de la muerte, por lo que exigen todo el peso de la justicia. “Si ellos fueron bien hombrecitos para hacer la crueldad que hicieron, ahora como bien hombrecitos que son tienen que pagar lo que hicieron”.
La víctima aseguró que hasta el día de hoy está mal psicológicamente y que incluso tiene miedo de viajar a Porvenir, lugar donde residía hasta el ataque. Actualmente está en Punta Arenas con su cuñada y sobrina. “Siento temor, rabia y dolor. No duermo bien, me desvelo pensando qué es lo que viene, si puedo o no viajar a Porvenir por miedo a represalias por lo mismo, temor de que la familia se enfrente a mí“, señaló.
Su día a día no es mejor, ya que el trauma sigue presente en actividades tan cotidianas como cuando se baña. “No me puedo bañar por temor, tengo que dejar la puerta abierta para que mi cuñada me vaya a ver por cualquier cosa, porque me da terror meterme a la bañera. Veo mis piernas quemadas, los brazos, la espalda. Eso me lo voy a llevar hasta el día que yo me muera“, explicó.
Asimismo, realizó un sentido llamado para que la justicia actúe. “Quiero que la justicia se ponga de mi parte y que abra su corazón, porque es muy difícil vivir así. Yo psicológicamente estoy súper mal, tengo miedo porque no voy a poder pisar Porvenir, porque si no es él va a ser la familia que se me va a venir encima y yo allá solamente tengo a mi suegra. Gracias a Dios que acá en Punta Arenas tengo a mi cuñada y a mi sobrina“, indicó.
