El nombramiento de Hermes Soto como nuevo director general de Carabineros ha generado gran sorpresa en el país, principalmente porque esta decisión de Sebastián Piñera, mandará a retiro a cuatro generales, lo que significará el desmantelamiento de los altos mandos de la institución.

Pese a esto, lo que más llama la atención es la carrera e historia de vida que ha tenido Hermes, que es uno de los uniformados más respetados y queridos dentro de Carabineros.

Su padre es reconocido al interior de la policía uniformada por su historia de esfuerzo, que incluyó el trabajar como soldador en su tiempo libre, para sacar adelante los estudios de sus seis hijos.

Lo más llamativo de Soto es que tiene un profundo arraigo con la región del Bío Bío, de hecho él mismo lo ha reconocido, ya que tuvo que afrontar experiencias límite, como la Tragedia de Antuco cuando estuvo en Los Ángeles y el Terremoto de 2010 cuando fue prefecto de Concepción.

No obstante, el propio general Soto también es admirado dentro del personal por su cercanía con los carabineros PNI o suboficiales, como se les denomina.

Aunque, su mayor logro fue la construcción de la primera Escuela de Suboficiales en regiones, en 2016, logrando en 6 meses levantar el edificio en Concepción con ayuda de mano de obra de funcionarios que se ofrecían para ayudar en sus tiempos libres. Esta escuela permitió abrir 540 cupos para los cabos y sargentos que deseaban seguir ascendiendo.

Durante su paso por el Bío Bío, por otro lado, se hizo cercano al mundo político local, como la senadora UDI Jacqueline Van Rysselberghe y el excandidato presidencial del MAS, Alejandro Navarro.

Debido a este historial, su nombre ya sonaba como posible alternativa al interior del oficialismo para suceder al cuestionado Bruno Villalobos, en medio de la crisis al interior de Carabineros por el millonario fraude al interior de la institución y la fallida Operación Huracán.