“¡Tetas de estropajo!” Ese fue uno de los insultos que recibió una mujer que amamantaba a su hija en el patio de comidas del Mall del Centro de Concepción, de parte de un hombre de unos 50 años de edad.

El hecho se remonta al pasado 9 de febrero, cuando Lissette Mardones realizaba trámites en el centro comercial penquista junto a sus dos hijas -de 8 meses y 7 años- y su madre.

Allí -relata la mujer- fue increpada por un adulto, quien le pidió bruscamente que se “tapara”, luego de pasar varias veces alrededor de ella mirándola.

Siguiendo el relato de la afectada, el hombre fue a buscar a una guardia, a quien le solicitó que se le exigiera a la mujer que no amamantara a su hija en público. En contraparte, Lissette acusó el episodio a la misma encargada de seguridad, sin recibir respuesta.

Precisamente, en ese momento fue que se inició una discusión que se prolongó por algunos segundos, hasta que la afectada decidió retirarse del lugar y, cuando se alejaba, el hombre la insultó, gritándole “¡tetas de estropajo!”.

Inmediatamente, Lissette sacó su celular y comenzó a grabar una “funa” en contra del hombre, quien reconoció haberla insultado, tal como se aprecia en el video.

“A mi hija la marcó”

A poco menos de una semana de los hechos, Lissette aseguró a BioBioChile que decidió hacer público el episodio, puesto que a su juicio es necesario hacer un llamado a la sociedad chilena para realizar un cambio cultural.

“Hoy todavía la lactancia materna se sigue mirando con morbo (…) estamos viéndolo como algo tan malo, cuando es un derecho fundamental de los niños ser amamantados por sus madres”, dijo.

Y agregó: “Me sentí súper mal porque estaba con mi hija más grande (7 años) y ella se dio cuenta del tema. Ella quedo súper afectada, al otro día fuimos a comprar y ella me decía ‘mamá tápate””.

“Quedó tiritando… a mi hija (la situación) la marcó“, indicó.

“Violencia contra las mujeres”

El ataque verbal fue criticado por Paulina Letelier, psicóloga del Centro de Atención de Víctimas de Delitos Sexuales de la región del Bío Bío (CVS), dependiente del Sernameg, quien afirmó que “la experiencia que vivió la mujer es una clara manifestación de la violencia contra las mujeres, ya que se está coartando un derecho fundamental y la autonomía”.

“Esto sucede desde la concepción machista y violenta que sitúa los cuerpos de las mujeres como un objeto sexual hecho para el placer masculino (…) Estamos acostumbrados a normalizar situaciones como un gran escote pero no la función de alimentación de los pechos”, añadió Letelier.

En esa línea, la profesional señaló que el desafío es que como sociedad hagamos un cambio de paradigma y dejemos de normalizar la reduccionista mirada sexual y erótica del cuerpo femenino que genera violencia y daño en las mujeres”.

Opinión similar es la que tiene Paula Herrera, directora de Comunicaciones de la ONG La Comunidad de la Leche, quien aseguró que esta es una inconsistencia que nace en el patriarcado, “donde un hombre puede ver una mujer semidesnuda en un comercial o en carteles en el mismo mall, pero ver a una mujer amamantando es terrible”.

“Es algo súper machista pensar que los pechos son para el uso del hombre y que sea para alimentar a un bebé es algo asqueroso, algo malo”, fustigó.