Este 2017, Rubén Zúñiga Hurtado tendría 45 años. Sin embargo, tras de salir de caza a un sector a las afueras de Punta Arenas, el 31 de agosto de 2007, la camioneta en la que iba volcó y desde entonces que está desaparecido.

Según recuerda Andrea, su hermana, Zúñiga salió de caza con dos conocidos, pero la mañana del día siguiente les avisaron que la camioneta en la que iba se había volcado y no había rastros de su hermano.

El hombre tenía todo lo que necesitaba para desarrollar esta actividad en orden, permisos y equipo. Además, siempre avisaba si se iba a demorar más de lo planeado, detalló su hermana.

Llegaron a avisarnos unos conocidos de mi hermano a la casa y, entre ellos, había uno de los sujetos que andaba con él (…). A mí me sorprendió que Carabineros no nos haya avisado nada a nosotros, sino que llegaran los amigos”, precisó Andrea.

El sitio de los hechos

“Cuando llegamos estaba el GOPE. Era un día horrible, estaba lloviendo, el río estaba muy feo, torrentoso”, dijo la familiar acerca del momento en que lograron llegar al lugar del volcamiento.

“A la camioneta se le veían las cuatro ruedas hacia arriba, estaba volcada y en ese instante nos dijeron que mi hermano tuvo el accidente cuando supuestamente venía de vuelta“, agregó.

El hombre salió con un rifle, arma que no se encontró en la camioneta, ni en las inmediaciones de ésta. No obstante, cuando las autoridades dispusieron el desvío del río, lo encontraron en el fondo de éste, con su parte de abajo rota “producto del accidente o de algún golpe”, dijeron en la instancia.

La búsqueda

Durante los seis a ocho meses tras su desaparición, la familia Zúñiga-Hurtado buscó a Rubén por senderos, bosques, caminando, con la ayuda de pescadores y compañeros de trabajo del desaparecido cazador.

Además, presentaron una denuncia por presunta desgracia ante Carabineros de Río Seco. No obstante, nunca se encontró nada de lo que éste llevaba puesto, sólo lo que estaba suelto en la camioneta.

En 2007, Andrea tenía un hijo de pocos años de edad. Ya un joven, recuerda a su tío con cariño y pena, y muchas veces pregunta por qué no llegó nunca más.

Mi padre está con problemas de salud, de hipertensión y problemas generales. Mi mamá sigue con antidepresivos y medicamentos para dormir”, declaró.

Como familia, creen que el caso fue olvidado, pese a que concitó gran atención en la zona e incluso en medios de comunicación de corte nacional, mucho más cuando su búsqueda movilizó a la Armada, el Ejército, el municipio, la Intendencia, y muchos otros recursos.

Pese a ese olvido, si reconocen que el apoyo de las autoridades -en la época- fue bueno, al igual que el de Asmar, empresa en la que se desempeñaba Zúñiga. Es más, la empresa sigue estando ahí para ellos, confirmó Andrea.

Misa de conmemoración

Como familia, confirmaron que conmemorarán los diez años de la desaparición del hombre con una misa, con la esperanza que –en algún momento– se esclarezcan las causas del hecho.

A las autoridades (…) por favor no se olviden de Rubén Zúñiga Hurtado (…) es una persona, no es un número más, tiene a sus papás, de 72 años mi mamá y de 69 el papá. Son un matrimonio que llevan 45 años de casados y han tenido que sobrellevar esto“, sentenció su hermana.

Hay gente que se ha vuelto loca, que se han separado, que han caído en el alcohol y se pueden trastornar. Ellos no, están juntos, lloran juntos y por mi hijo tratan de salir adelante. Mi hijo es igual a mi hermano, es calcado a él, y eso los mantiene de pie”, finalizó.