El Banco Popular español, al borde de la quiebra, fue vendido este miércoles al Santander por un euro ($ 754 pesos chilenos) en una operación efectuada en horas, y que implica pérdidas del 100% para sus accionistas, entre los que se cuenta el Grupo Luksic.

La operación garantiza los depósitos de los ahorristas, y en ella no hubo “ningún tipo de ayuda ni de apoyo público”, según el ministro de Economía español, Luis de Guindos.

Para el Santander implicará un aumento de capital de 7.000 millones de euros, anunció la entidad cuya capitalización bursátil es de unos 84.000 millones, la segunda de la Bolsa de Madrid.

Este dinero ayudará a financiar unas provisiones adicionales de 7.900 millones, destinadas a cubrir los activos inmobiliarios tóxicos heredados del Popular.

Tras estos anuncios, la acción del Santander caía un 0,97%, a 5,74 euros, hacia las 14:00 horas locales (08:00 horas de Chile). La del Popular, en tanto, estaba suspendida.

En virtud de la operación, “todos los accionistas de Banco Popular Español S.A., así como todos los titulares de bonos contingentes convertibles y de bonos subordinados, han perdido totalmente su inversión”, señaló el organismo supervisor de la bolsa española, la CNMV.

Entre esos accionistas está la familia Luksic (3%) y la mexicana Del Valle, que junto con otras poseía un 4,13% del capital.

De acuerdo a Emol, el presidente del poderoso grupo económico había comprado en mayo pasado 126,5 millones de títulos de la entidad a través de su empresa Aeris Invest Sàrl, Vallum Foundation, avaluados en esa fecha en 104,4 millones de dólares, unos 70 mil millones de pesos.

Hasta el momento, el conocido empresario no ha emitido alguna declaración al respecto.

Un desplome sin paliativos

La última semana había sido catastrófica para el Popular, líder español en el segmento de créditos a pequeñas y medianas empresas: su capitalización bursátil cayó a la mitad (a 1.330 millones de euros) y su acción otro tanto, hasta los 0,32 euros al cierre del martes.

Guindos reconoció que en los últimos días “la salida de depósitos fue muy intensa”. El diario El Independiente estimó la fuga de capitales en 18.000 millones de euros en apenas 10 días.

Ante este panorama, el Banco Central Europeo (BCE) estimó el martes por la noche que la entidad estaba en situación de “quiebra o quiebra probable”, según indicó en un breve comunicado.

Con esta constatación en mano, informó al Mecanismo Único de Resolución (MRU), que en cuestión de horas adoptó un plan de venta del Popular al Banco Santander, el de mayor capitalización bursátil de la zona euro.

“Fue una noche larga, debo confesarlo”, dijo Elka König, presidenta del Mecanismo de Resolución Único, destacando la urgencia con que se llevó a cabo la operación, para cerrarla antes de la apertura de las bolsas europeas.

Concretamente, el Santander fue la entidad adjudicataria de una subasta realizada por este mecanismo y por el Fondo español de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

La fusión representa la primera ocasión en que se emplea el nuevo mecanismo europeo de rescate, vigente desde 2016.

Su propósito es que los bancos sean rescatados sin fondos públicos, como sí se hizo durante la crisis económica y financiera de 2008.

Un pasivo inmobiliario difícil de digerir

En los últimos meses, el Banco Popular acusó el peso de los activos inmobiliarios tóxicos acumulados desde el estallido de la burbuja creada en este sector en 2008.

Dichos activos lo obligaron a provisionar 5.700 millones de euros en 2016, que explican la abultada pérdida de ese año (3.485 millones de euros).

Su presidente, Emilio Saracho, mencionó en abril la opción de una nueva ampliación de capital, pero en los últimos días fue cobrando fuerza la posibilidad de una absorción por parte de una entidad más grande.

Saracho fue cesado este mismo miércoles y reemplazado por José García Cantera, hasta ahora director financiero del Santander.

La presidenta del mismo, Ana Patricia Botín, defendió la fusión afirmando que con ella, el Santander tendrá un “complemento significativo en lo que siempre ha sido la gran fortaleza del Banco Popular, el negocio de pequeñas y medianas empresas”, donde éste es líder.

Y es que en ese segmento la entidad resultante tendrá en España una cuota de mercado del 25%.

Además, la fusión “convierte a Santander en el banco líder en España y el banco líder privado en Portugal”, incidió Botín, que pronostica una mayor rentabilidad en ambos países.

España sigue traumatizada por el recuerdo del rescate europeo en 2012 de su sector bancario, por un monto de más de 41.000 millones de euros.

Oficialmente, el rescate era sólo para el sector bancario, devastado por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, entre las condiciones de los europeos había muchas macroeconómicas.

Guindos quiso enviar un mensaje de tranquilidad, afirmando que “la situación actual es muy diferente a la del año 2012, dada la buena salud del conjunto del sector financiero y de la economía española en general”, que creció un 3,2% en 2015 y 2016.