Jean-Marc Fournier es sacerdote y además capellán de la brigada de bomberos de París. Durante el incendio que sufrió Notre Dame la mañana del día lunes, el hombre entró a la catedral para rescatar dos de sus más preciadas reliquias: el Santísimo Sacramento del altar y la Corona de Espinas del templo.

Fournier, quien ha sido testigo de otras tragedias en la ciudad, con su intervención se convirtió en uno de los héroes de la catástrofe parisina.

Un héroe

Según contaron colegas bomberos del padre, apenas se enteró del incendio, corrió a Notre Dame y se metió en el edificio en llamas junto a un equipo de brigadistas para poner a salvo las invaluables reliquias.

Martin BUREAU | AFP
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“El padre Fournier es un héroe absoluto. No mostró ningún temor en absoluto, ya que se dirigió directamente a las reliquias dentro de la catedral y se aseguró de que fueran salvadas. Se ocupa de la vida y la muerte todos los días, y no muestra miedo“, relató un testigo al medio argentino Infobae.

Esta no sería la primera actuación heroica del religioso, ya que en 2015 se apresuró al interior del local de música de Bataclan en París cuando el grupo terrorista ISIS asesinó a 89 personas. En ese lugar, Fournier consoló a los heridos y a los familiares de las víctimas.

Jean Marc tiene 50 años y comenzó su carrera como sacerdote católico en Alemania y luego en Francia. Se unió a la diócesis de las fuerzas armadas en 2004 y pasó siete años trabajando con el ejército. En Afganistán estuvo involucrado en una emboscada en la que murieron 10 personas.

Las reliquias rescatadas

Uno de los objetos invaluables y que fueron rescatados del incendio por el padre es la corona de espinas que -supuestamente- fue usada por Jesús de Nazaret durante su crucifixión.

La Túnica de San Luis, el otro objeto rescatado, perteneció al Rey Luix IX y fue un regalo del emperador latino de Constantinopla  para ganar su apoyo en la recuperación de las tierras de Jerusalén.