Tras días de angustia, los 12 niños del equipo ‘Jabalíes salvajes’ han sido rescatados de la cueva en Tailandia en la que se encontraban atrapados junto a su entrenador que los acompañaba, según lo informaron varios medios internacionales.

La cadena CNN Internacional confirmó que los todos menores pudieron ser rescatados, luego que este martes se reanudaran las jornadas de trabajo, que habían concluido los días anteriores con 8 niños rescatados (4 cada día).

El último niño y entrenador del equipo de fútbol que quedó atrapado en una cueva de Tailandia fueron finalmente los últimos rescatados este martes.

No obstante, pese a la alegría que ha significado tanto para sus familias como para todos los que seguían atento el rescate, los menores de edad aún no podrán compartir con sus cercanos y menos abrazarlos. Lo anterior, radica en una serie de razones médicas que algunos llaman ‘el mal de la caverna’.

De los 12 niños, ocho ya están con tratamiento médico, y los otros cuatro están siendo sometidos a exámenes. Además, las autoridades indicaron que permanecerán hospitalizados en cuarentena, con gafas de sol para proteger la vista y bajo seguimiento psicológico.

Neumonía, vacunas, infecciones y salud mental

El hospital de Chiang Rai, ubicado al norte de Tailandia, informó que dos de los rescatados toman antibióticos porque presentan síntomas de neumonía, debido a la humedad a la que estuvieron expuestos en la cueva, sin embargo, su pronóstico es bueno.

Asimismo, Jesada Chokedamrongsuk, representante del ministerio de Salud Pública, informó que todos fueron sometidos a pruebas radiológicas y sanguíneas. Los análisis de sangre se enviaron a Bangkok y los resultados se conocerán dentro de unos días.

También se les vacunó contra el tétanos y la rabia, principalmente por la presencia de murciélagos, aunque los expertos indican que el riesgo de que los hayan mordido mientras dormían es muy bajo. Por el momento, los menores de edad no pueden ingerir comida picante (típica en Tailandia) pues tienen el estómago delicado.

Los niños permanecerán hospitalizados una semana para controlar el eventual desarrollo de infecciones. De todas formas, si los análisis no revelan nada peligroso, los padres “estarán autorizados a acercarse a sus camas con ropa de protección, manteniéndose a una distancia de dos metros“, indicó el doctor Tosthep Bunthong en una rueda de prensa. Aún así los padres del primer grupo evacuado pudieron verlos a través de un cristal y hablarles a distancia.

Por último, los niños y adolescentes deberán llevar lentes para que sus ojos puedan acostumbrarse lentamente a la luz del día, pues estuvieron privados de ésta durante dos semanas.