La policía francesa halló los cuerpos de cuatro adultos y un niño, miembros de una familia hispano-marroquí, en un apartamento de una ciudad del suroeste de Francia, el que se quemó, según fuentes cercanas a la investigación.

En un comienzo se barajaba la hipótesis de “drama familiar”. La madre del niño fue encontrada atada y amordazada y el padre con las venas cortadas.

Los bomberos recibieron una llamada en la madrugada, debido al humo que salía del apartamento situado en el primer piso de un edificio de cuatro plantas ubicado en el centro de Pau, en el suroeste (Pirineos).

Cuando entraron en el apartamento, “un sofá se estaba consumiendo”. Descubrieron los cuerpos sin vida de la familia: la madre de 36 años y sus padres que iban a celebrar su 66º cumpleaños, los tres de nacionalidad española, el marido, un marroquí de 32 años, y el hijo de la pareja, de unos dos años.

“Hay muestras de violencia en una pareja” y en la mujer de la otra pareja. “Todo indica que estamos ante un drama familiar”, indicaron a la agencia AFP las fuentes.

Los padres de la mujer, que habían llegado desde Zaragoza, en el noreste de España, para visitar a su hija, fueron hallados “en una habitación con muestras de violencia hechas con objetos contundentes en el cuerpo”, precisaron.

Respecto al marido, “se habría cortado las venas” tras haber cometido los crímenes, según las primeras hipótesis.

En cambio, no hay muestras aparentes de violencia en el niño, que “habría muerto debido al incendio”, añadieron.

“Parece que hubo una disputa familiar que acabó en masacre. No sabemos nada más”, dijo a la AFP Jean-Paul Brin, primer adjunto de la alcaldía de la ciudad de Pau, donde se produjo el suceso.

Según vecinos interrogados por el diario regional Sud Ouest, “las disputas eran corrientes en la pareja”. Y según una compañera de su esposa, que era profesora de español, la mujer habría demandado recientemente a su marido por violencia.