Hace algunos días salió a la luz el estremecedor caso de Gabriel Cruz, el niño español de 8 años que estaba desaparecido y, tras 12 días de búsqueda, apareció muerto en el maletero de la pareja de su padre, Ana Julia Quezada.

Los primeros días, Quezada se mostraba como cualquier otro familiar del pequeño, triste y desesperada por encontrar a Gabriel. Sin embargo, la investigación culminó cuando la policía detuvo a la mujer cuando intentaba trasladar el cuerpo, confesando más tarde el crimen.

Han pasado cuatro días desde que la Guardia Civil detuvo a Ana Julia y, debido a la conmoción que ha generado el caso en la opinión pública, se han hecho públicos nuevos antecedentes sobre la confesa asesina.

Este jueves, el comandante de la Unidad Central Operativa, Jesús Reina; junto al teniente coronel Jefe Accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera, revelaron detalles sobre el perfil psicológico de Quezada.

Los funcionarios la catalogaron como una persona de una “frialdad máxima”, “egocéntrica” y mantiene una “falta de empatía hacia otras personas”, según consigna el medio internacional Huffington Post.

Además, la acusada tendría serios problemas para controlar sus emociones, puesto que la policía señaló que “ciertas circunstancias negativas” le pueden afectar de manera “muy grande”, agregando que también es “muy manipuladora”.

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Sobre los motivos que habría tenido Ana Julia para matar al niño, la policía aún no ha llegado a una conclusión. No obstante, defienden la hipótesis que fuese por celos o envidia. “Hay un hecho evidente, que para Ángel (padre del menor), Gabriel era lo más importante (…) Los fines de semana los pasaba con él, a cualquier hora estaba con él y eso es lo más importante”, relató Reina.

Recordemos que este miércoles se filtraron las declaraciones que entregó Quezada en su confesión, y se defendió de su actuar indicando que el pequeño la habría querido atacar y que habrían discutido porque él jugaba con un hacha. “Él me dijo: tú no eres mi madre, tú no me mandas y además no te quiero volver a ver nunca. Así que nos peleamos por el hacha, se la quité y al final, con la rabia, acabe asfixiándole, tapándole la nariz y la boca”, relató.