La joven de 19 años acusada de matar con dos balazos a su exnovio Fernando Pastorizzo, tuvo su primera audiencia de tres horas, donde el llanto fue protagonista de gran parte de su testimonio.

En esta ocasión Nahir Galarza relató en detalle todo lo que habría vivido con Fernando minutos antes de su muerte, señalando que ésta había sido accidental y que la versión anterior sobre el caso solo había sido producto de los nervios y el susto, consignó el medio local Crónica.

La estudiante de Derecho señaló que llamó a Fernando luego de desbloquearlo en WhatsApp, pero como no le contestó volvió a bloquearlo. Minutos después, él la llamó pero Nahir no lograba escucharlo y se le acabó la batería, por lo que decidió tomar un colectivo y dirigirse a la casa de la víctima.

Una vez allí, Fernando estaba enojado porque no le había contestado el teléfono a lo que ella solo respondió que tomaría su cargador y se iría, sin embargo, él la habría convencido de que se quedara un rato más. “Él insistió para que yo entrara a su casa pero yo no quería y me quedé en la vereda. Él me gritaba porque no le atendí el teléfono, estaba enojado. Él sabía cómo manipularme y sabía qué palabras decirme para que me duela. Con él tuve mi primera relación, fue antes de los 16“, comentó, agregando que luego de eso fueron a la casa de ella sin cruzar palabra.

Al llegar a su casa, ambos entraron porque la situación estaba controlada. Al pasar por la cocina Fernando habría tomado el arma de su padre y comenzó a jugar, a lo que ella habría reaccionado insultándolo y enojada. Luego él le pidió perdón, la abrazo y logró que se calmara. Incluso, después de eso tuvieron relaciones sexuales.

El tema es que la situación no se controló ahí, pues después de tener sexo, la joven comentó que él comenzó a “a “reprocharle que se veía con otros chicos“, diciéndole que era una “trola” porque la vio besarse con un hombre de nombre Rafael.

Rafael, es un joven con el que según Nahir, se veían y salían hace un tiempo, y en el momento de la discusión ella le confesó enojada a Fernando que Rafael “la respetaba mucho más que él” y era “mil veces mejor“.

Fue entonces cuando la situación comenzó a salirse de control. “Le dio un ataque de ira. Me empujó, tiraba cosas, me tiró de los pelos, me empezó a insultar, me dijo que era una desesperada y me puse a llorar cuando me dijo que era una depresiva. Él sabía que esa palabra me afectaba. Le dije que se vaya de mi casa, que no lo quería ver más“, indicó Nahir.

Pese a los reclamos de la joven, Fernando no se habría ido y, por el contrario, se habría puesto más violento luego que ella no le creyera en que cambiaría y rechazara sus abrazos. “Fernando me sacó de la habitación de los pelos, agarró de nuevo el arma, me apuntó en la panza y me dijo que me iba a ir con él. Yo estaba más sorprendida que asustada, le pregunté qué le pasaba llorando y me dijo que me callara“, detalló.

La joven explicó también que no quiso gritar para no despertar a su padre, pues no quería que fuera testigo de la situación. Una vez en la calle, Pastorizzo le dijo que si quería que se calmara, hiciera lo que él le dijera.

Luego de eso, ambos se montaron en la moto, Fernando habría apretado el gatillo para amenazarla diciendo que ni se le ocurriera salir corriendo, guardó el arma en el pantalón y se dirigieron a la casa de la abuela de Nahir.

En el camino siguieron discutiendo, pero cuando ella intentó bajarse éste habría acelerado haciendo imposible la maniobra. También contó que le pidió conversar al otro día más calmados, y que por favor le devolviera el arma porque era de su padre, quien debía trabajar en unas horas.

Pese a sus reclamos, él no habría parado hasta que llegaron ala casa de su abuela, momento en que perdió el control de la moto y la agarró con las dos manos. En ese instante ella aprovechó de tomar el arma sin saber cómo.

Fernando frenó la moto de golpe y ahí sentí la primera explosión. Nos caímos los dos. Me paré y no entendía nada. Empecé a temblar, me quedé sorda, quedé como boba. Me agaché a mirarlo y ahí salió la segunda explosión. Me sorprendió. Tiré el arma al piso y no sabía qué hacer. No sabía qué había pasado. Lo primero que se me pasó por la mente era que el arma era de mi papá y que le iban a echar la culpa a él. Por lo tanto, me fui a mi casa, dejé el arma donde estaba y me fui a acostar. No sabía si lo había matado”, relató.

Tras dormir media hora, Nahir recibió la llamada de la madre de Fernando quien le contó que había fallecido. “Fue un accidente, no supe qué hacer. Me pudieron los nervios. Nunca en mi vida se me cruzó por la cabeza que podía matar a una persona ni aunque me maltrataba hubiese querido que pase eso“, exclamó entre lágrimas.

Finalmente, aseguró que en su declaración anterior había mentido para proteger a su padre y porque pensó que nadie le creería su versión de los hechos. Además, negó que fuera un crimen planificado pues incluso se había comprado ropa nueva el día anterior para pasar el Año Nuevo y ya tenía vacaciones planificadas con su familia. “Tenía mi vida organizada, fue un accidente“, finalizó.