Marcelo Ríos es sin duda uno de los deportistas que más satisfacciones le ha brindado al país, aunque lamentablemente por una lesión en la espalda se retiró en 2004 del tenis profesional.

De eso han pasado varios años y este viernes se enfrenta a Nicolás Lapenti en un partido de exhibición que ha convocado la atención de fanáticos del deporte blanco como de la prensa deportiva.

En cuanto a su vida personal, Marcelo está casado con Paula Pavic, con quien tuvo cinco hijos: Marcelo, Colomba, Agustina, Isidora y Antonella. Además de su hija mayor, Constanza, fruto de su relación con Giuliana Sotela.

Hace un año y medio decidieron como familia radicarse en Sarasota, Florida, Estados Unidos. Sobre la determinación de irse a vivir fuera de Chile, el ‘Chino’, señaló que al principio pensó que se iba a arrepentir, sin embargo, “fue lo más correcto en este momento de mi vida”, indicó.

“Me sentía agobiado, que se metían mucho en mis cosas. En Chile tengo mis amigos y negocios, voy y vuelvo, pero ahora mi vida es diferente. Vivo en una zona retirada, tranquila, donde no hay tráfico, nadie se fija en quién eres, eso me ha ayudado a lograr una mejor comunicación con mi familia, con mi señora. Somos yo y ella, solos. Pienso seguir allá pero quizá vuelva”, señaló.

Marcelo Ríos | Instagram
Marcelo Ríos | Instagram

Marcelo además recordó cuando en 2013 sufrió el síndrome de vasoconstricción cerebral reversible, que provocó que tuviera que hacer cambios radicales en su vida. “Me pidieron que parar con ciertas cosas”, expresó.

En ese contexto, contó que fumaba, tomaba mucho café y bebidas energéticas, además de consumir migranol en exceso. “Duermo muy poco, me levanto temprano y para mantenerme activo tomaba mucho café. Mucho, hasta que empezó la acidez. El doctor me metió miedo me dio como ejemplo a (Gustavo) Cerati. Me cagó. Obviamente Cerati es otro tipo de cosa”, indicó Ríos.

Por lo mismo, hace cuatro años que no bebe alcohol y explicó que “no era que tomara todos los días, pero cuando tomaba con los amigos, tomaba. El doctor me preguntó cuánto tomaba en una noche. Le dije que una botella. Me dijo: ‘No, estás mal’. Eso de tomarse una copita no era para mí. No me costó dejarlo. Con el cigarro seguí pero después paré por salud. Me empecé a cansar. Antes fumaba puro, pero lo malo es que lo aspiraba. El café no lo he podido dejar, las energéticas tampoco. Igual me siento bien y me hago chequeos para saber cómo estoy”, finalizó.