Pese a que se presupuestaba una jornada intensa por la final de Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, nadie esperaba los graves incidentes y el hostil recibimiento de parte de los hinchas del elenco ‘millonario’ a los jugadores del rival.

Esto porque justo antes de ingresar al Estadio Monumental, un grupo de aficionados atacó el bus de Boca lanzando objetos contundentes que rompieron varios vidrios del vehículo, lo que generó todo un caos. Pero eso no fue lo único, ya que los jugadores también se vieron afectados con los gases lacrimógenos que lanzó la policía para disuadir a sus atacantes.

Antes de ingresar al camarín, se escuchó a algunos jugadores del cuadro xeneize reclamando que “nos tiraron de todo” y que “hubo gas pimienta y piedras”, mostrándose claramente afectados con lo ocurrido.

César Martucci, Secretario General de Boca, en diálogo con Fox Sports explicó que “estuvo difícil, fue todo muy confuso (…) Hubo piedrazos y evidentemente la fuerza de seguridad, para proteger a la delegación, comenzó a tirar gases lagrimosos y esos ingresaron a los vehículos nuestros, y al micro de los jugadores”.

Lo más complejo de la situación es que es posible que se suspenda la final de la copa, ya que puede que haya jugadores que no estén en condiciones de jugar. Por lo menos, se estima que el partido se atrasará por lo menos una hora.