“Drama en la París-Roubaix”, “Duelo en el mundo del ciclismo”… La muerte del corredor belga Michael Goolaerts, el domingo unas horas después del final de la ‘reina de las clásicas’, conmocionó el país y recorrió los titulares de los medios este lunes.

Goolaerts, de 23 años, falleció horas después de sufrir una paro cardiorrespiratorio durante la carrera. El ciclista fue encontrado tendido en el suelo, los brazos en cruz, sin la presencia de otros participantes, en el segundo de los 29 tramos de adoquines de la París-Roubaix.

Según imágenes visibles en Youtube y autentificadas por la AFP, Goolaerts estaba en un grupo de corredores y no giró a la derecha en una curva, antes de chocar contra un talud. Los médicos de la París-Roubaix trataron de reanimarlo, por lo que fue trasladado en helicóptero al hospital de Lille, donde murió unas horas después.

La fiscalía de Cambrai anunció este lunes que una autopsia se realizará en Francia en los próximos días para esclarecer “las circunstancias” del fallecimiento.

Caída posterior

“Según los primeros elementos, fue una indisposición, sin duda cardíaca, que provocó la caída, no fue la caída lo que provocó su estado”, señaló la fiscalía. La cadena de televisión pública VRT subrayó que el “mundo del ciclismo está en duelo”, mientras que Het Laatste Nieuws se refirió a un “drama en la París-Roubaix”, en la que se impuso el campeón mundial Peter Sagan.

El diario La Dernière Heure aportó el testimonio del director deportivo del equipo de Goolaerts, el holandés Michiel Elijzen, que se paró para asistir a su corredor: “Desde el primer momento me di cuenta de que era muy grave. Los médicos estaban ya sobre él, hicieron un gran trabajo”.

“Nuestros médicos llegaron en un plazo de dos o tres minutos y trataron de reanimarlo. En este tipo de carreras, ellos intervienen en primer lugar y después llaman a los servicios locales”, explicó este lunes a la AFP Pierre-Yves Thouault, adjunto del director del Tour de Francia Christian Proudhomme, que también organiza la París-Roubaix.

En el caso de Goolaerts, los médicos de la carrera permanecieron con el corredor hasta la intervención de los bomberos y el Samu y su traslado al hospital de Lille.

Según el reglamento de la UCI, los ciclistas profesionales deben someterse anualmente a una prueba de esfuerzo cardiológico máximo y a una ecografía cardíaca cada dos años para detectar posibles anomalías. En el caso de que se detecte un problema, es el médico del equipo el que decide si el ciclista puede seguir corriendo o el tratamiento a seguir. Algunos especialistas abogan porque sea una autoridad externa al equipo el que tome esa decisión.

Goolaerts pasó a profesional en 2014, cuando solo tenía 20 años, en el Vérandas Willems. Pero tras un año se unió a la formación de jóvenes del Lotto, donde corrió dos temporadas, antes de regresar al Vérandas.